El Museo Metropolitano de Arte (Met) en Nueva York propone pensar el surrealismo como una estrategia para cuestionar la realidad y luchar por la libertad política, social y personal, como plantearon a su vez artistas de todo el mundo con un movimiento que también generó obras poéticas y absurdas.
“Su potencial sigue tan fuerte como en su origen para despertarnos de los hábitos y costumbres de los que estamos casi inconscientes en nuestra vida cotidiana y, al hacerlo, considerar una visión alternativa para abrirnos a las posibilidades.”
Una idea innovadora que antepuso el inconsciente y los sueños por encima de la realidad, gestada en París alrededor de 1924, es una corriente verdaderamente global que traspasó las barreras del tiempo y la geografía. Esa es la idea central de la exposición Surrealism Beyond Borders (Surrealismo más allá de las fronteras), que recibe al público en el recinto ubicado junto al Parque Central en su último mes de exhibición.
La curadora Stephanie D’Alessan-dre explica en un video publicado por el museo que este movimiento artístico cuestiona el racionalismo occidental. “La destrucción de la guerra, las pérdidas humanas, el colonialismo y el sufrimiento no fueron, por supuesto, signos de progreso para este grupo de artistas”.
Deseo, amor y obsesión erótica se expresaron en las obras, pero también fue un medio para manifestar los ideales de independencia del colonialismo, así como la experiencia del exilio y desplazamientos por el conflicto. Y como propugnó René Magritte: “Hacer que los objetos ordinarios gritaran en voz alta”.
La exhibición reconsidera un verdadero movimiento que se expande desde París hasta en Europa del Este, el Caribe, Asia, el norte de África, Australia y Latinoamérica. “El alcance internacional y el significado perdurable de este movimiento revolucionario es realmente extraordinario; incluye casi ocho décadas de trabajo producidas en 58 países”.
Se incluyen en la exhibición pintura, escultura, obras sobre papel, fotografía, filmes y audios, así como publicaciones poco comunes, con el fin de mostrar el interés compartido a lo largo de las distintas regiones y los puntos donde brillan la convergencia e intercambio.
Más de un tiempo y espacio
En fichas del museo se explica que fue al final de la Primera Guerra Mundial, con la inspiración en escritos de Sigmund Freud y Carl Marx, cuando se gestaron las primeras manifestaciones que cuestionaron un sistema que permitió tal destrucción y sufrimiento. André Breton, en Francia, hizo la primera declaración abierta, que se expandió primero en Europa, donde destacó Magritte en Bélgica.
Max Hollein, director del famoso museo ubicado en la Gran Manzana, hace un recorrido virtual que permite conocer la muestra y así “compartir una nueva forma de mirar el surrealismo, más allá de los confines de un solo tiempo y espacio” para quienes no tienen la oportunidad de asistir personalmente al Met o a Londres, a donde viajará la exposición en febrero con el fin de exhibirse en la galería Tate Modern.
El Met promete una exposición “llena de sorpresas y descubrimientos” sobre un “ismo” del mundo del arte que se volvió global, además de que su lenguaje artístico universal y complejo tiene un efecto de largo plazo sobre la imaginación creativa y la producción por décadas. La grabación fue lanzada junto con la inauguración en octubre pasado.
Organizada en conjunto por el Met y la Tate Modern, Surrealism Beyond Borders presenta obras de los grandes artistas conocidos, como Breton, Magritte o Salvador Dalí junto con otros como el etíope Skunder Boghossian, el japonés Harue Koga, el egipcio Samir Rafi o la colombiana Cecilia Porras.
Destacan las mexicanas Frida Kahlo, de quien se muestra un cadáver exquisito dibujado sobre papel, y Leonora Carrington, quien llegó como refugiada con ideales de feminismo, magia y naturaleza. El Met destaca que el surrealismo fue adoptado en México en una comunidad de mujeres. También de nuestro país están Remedios Varo, María Izquierdo, Carlos Mérida, Gunther Gerzso y Kati Horna.
En el último mes de exhibición en el museo estadunidense, pues clausura el 30 de enero, el breve video narrado en inglés por la curadora define que la idea es posicionar el surrealismo no como movimiento canónico y monolítico, con un grupo oficial y un único líder, sino como algo más dinámico que viajó y echó raíces en muchos lugares en diferentes momentos, que apeló a la habilidad de los artistas para interrogar las circunstancias e imaginar un posicionamiento en la situación cultural, social y política. La exposición traza un provocativo mapa que irrumpe los márgenes tradicionales, revierte jerarquías y los sistemas de poder sin una narrativa singular o lineal. Lo que los une es la libertad.