Washington. El gobierno del presidente Joe Biden impuso restricciones de viaje a ocho funcionarios cubanos que, asegura, han sido cómplices en la represión de manifestantes de oposición y otros disidentes. “Cuando ya no van quedando tuercas que apretar, vienen los castigos con nombres y apellidos. Aunque nunca han dejado de hacerlo contra todo el pueblo cubano. La dignidad de Cuba es el problema”, escribió, en respuesta, el presidente cubano Miguel Diaz-Canel en su cuenta de Twitter.
El secretario de Estado estadunidense Antony Blinken anunció las restricciones de visa mediante un comunicado en el que condenó la represión actual hacia los participantes de las manifestaciones que comenzaron en julio pasado, y señaló que las sentencias cubanas de prisión impuestas a los involucrados fueron “rigurosas e injustas”.
No se dieron a conocer los nombres de los ocho funcionarios sancionados, pero Blinken aludió que todos ellos están conectados con la “detención, condena y encarcelamiento de manifestantes pacíficos”. Washington afirma que unos 600 manifestantes siguen encarcelados después de las protestas del 11 de julio a pesar de los llamados para su liberación.
“La Casa Blancas tomó medidas para ejercer restricciones de visado en respuesta a los intentos del gobierno cubano de negarles a los ciudadanos su libertad y sus derechos mediante continuas tácticas de intimidación, encarcelamiento injusto y sentencias severas”, declaró Blinken.
El gobierno de Biden ha mantenido en buena medida la línea política del ex mandatario Donald Trump hacia la isla. Blinken anunció a finales de noviembre restricciones de visado a nueve funcionarios cubanos por acciones similares en contra de manifestantes antigubernamentales.
Además de Díaz-Canel, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, condenó las sanciones. “El gobierno de Estados Unidos persiste en el mal hábito de pretender imponer su voluntad sobre otros gobiernos por vía de medidas coercitivas unilaterales”, declaró en un comunicado. “No se altera un ápice la determinación de Cuba de defender sus derechos soberanos”.
Las autoridades cubanas han dicho que Estados Unidos fue el verdadero instigador de las protestas de julio pasado.
Washington se ha expresado en favor de los activistas cubanos y elogió las protestas antigubernamentales, pero La Habana califica esas manifestaciones como acciones subversivas y desestabilizadoras organizadas y financiadas desde la poderosa nación del norte del continente.