Melbourne. La posibilidad de que Novak Djokovic busque este año un décimo título del Abierto de Australia quedó en el limbo el jueves por la madrugada, cuando las autoridades fronterizas de este país le negaron la entrada, cancelaron su visa y le exigieron abandonar el país.
La Fuerza Fronteriza Australiana emitió ayer por la madrugada un comunicado en el cual informó que Djokovic no presentó evidencias adecuadas para cumplir los requisitos de ingreso, y que “su visa ha sido cancelada en consecuencia”.
El astro serbio voló a Australia tras recibir una exención médica respecto de los severos requisitos de vacunación que se han implementado para el Abierto de Australia, que inicia el 17 de enero y en el que se ha coronado nueve veces.
Medios australianos informaron que el equipo de Djokovic había solicitado el tipo equivocado de visa para una persona con exención médica.
Se espera que los abogados de Nole apelen la decisión, surgida después de que el tenista, 20 veces ganador de torneos de Grand Slam, debió pasar más de ocho horas en el Aeropuerto Tullamarine de Melbourne, a la espera de averiguar si se le admitía en el país.
El padre de Djokovic, Srdjan, dijo al portal de Internet B92 que su hijo fue retenido “en una habitación donde nadie más podía entrar” en el aeropuerto, bajo la vigilancia de dos policías.
El presidente Aleksandar Vucic aseguró que “toda Serbia está con él y nuestras autoridades están estudiando todas las medidas para que este maltrato al mejor jugador de tenis del mundo acabe cuanto antes".
Las conjeturas sobre problemas con la visa del tenista serbio emergieron cuando aún estaba en tránsito y escalaron con mensajes contradictorios de legisladores federales y estatales.
La revelación en redes sociales de Djokovic, acerca de que acudiría al Abierto de Australia en busca de su título 21 de Grand Slam –un récord–, desató debates.
Muchos críticos preguntaron sobre qué bases se otorgó la exención. Por su parte, los seguidores de serbio enfatizaron que tenía derecho a la privacidad y a tomar sus propias decisiones.
El director del Abierto de Australia, Craig Tiley, defendió la “solicitud de exención y el proceso completamente legítimos” e insistió en que no hubo un trato especial para Djokovic, pues sólo fue uno de las 26 personas relacionadas con el torneo, y le fue concedido tras cumplir con un minucioso protocolo.
El primer ministro australiano Scott Morrison dijo que la decisión de otorgar la exención médica era un asunto del gobierno de Victoria, estado del que Melbourne es la capital.
“Ellos han concedido una exención para que él venga a Australia, y nosotros actuamos en respuesta a eso”, dijo Morrison. “Los estados otorgan exenciones para que la gente ingrese sobre esa base, y eso ha estado pasando en los últimos dos años”.
Karen Andrews, ministra de Asuntos Internos, aclaró después el proceso fronterizo. “Aunque el gobierno de Victoria y Tennis Australia pueden permitir que un jugador no vacunado compita en el Abierto, es el gobierno de la Mancomunidad el que hace cumplir nuestros requisitos en la frontera”, dijo Andrews. “Si un individuo que llega no está vacunado, debe proporcionar una prueba aceptable de que no puede recibir la vacuna por razones médicas para tener el mismo trato en sus viajes que quienes están completamente vacunados”.
Cuando se le preguntó de nuevo sobre el caso de Djokovic, Morrison añadió: “Si esa evidencia es insuficiente, él no será tratado de forma distinta a los demás, y tendrá que abordar el siguiente avión de regreso”.