La historia de Bety fue contada con unos carteles frente a Palacio Nacional, mientras policías de la Ciudad de México reforzaban las vallas que son ya parte del paisaje cotidiano.
Va así: “Lo conoció en 1992. Él era policía. Estuvieron 12 años juntos. Ella vivió el infierno de la violencia doméstica. Tuvieron cuatro hijos (los más grandes amores de Bety). Por ellos soportaba todo. Él abusaba de uno de sus grandes amores (entonces una niña de seis años). Lo denunció ante la Fiscalía y el CAVI. Huyeron de casa. Las autoridades le avisaron a su agresor. Él la citó para asesinarla. La arrodilló a golpes. La pistola estaba lista y apuntando a su cabeza. Sin más opción, ella se defendió. Bety lleva 15 años presa. Acusada de salvar su vida y proteger a sus amores. Sin querer hizo justicia. Algo que aún le falta a las mujeres de México”.
Es el caso de Beatriz Adriana Sánchez López, que fue denunciado esta mañana frente a Palacio Nacional por un grupo de activistas encabezado por el profesor Manuel Valdovinos, quien fuera liberado en julio pasado, tras pasar 21 años en prisión por el asesinato de una persona que sigue con vida.
En la cárcel, Valdovinos decidió estudiar “para defenderme y defender a otros” y hoy entregó una carta, firmada por Beatriz y dirigida al Presidente de la República: “No sólo le pido que me ayude a encontrar mi libertad, le pido que acuda al llamado de la historia, para que ninguna mujer en este país tenga que tomar con sus propias manos la justicia”.
Azeem Sánchez, abogado de la mujer, informó que ella se encuentra recluida en el penal de Tepepan (el asesinato ocurrió en Xochimilco en 2004) y que están a la espera de un amparo que le permita gozar del beneficio de la preliberación.