Al 30 de abril de 2021 el país estaba en uno de sus mayores niveles de sequía, con 87.4 por ciento del territorio nacional en condiciones desde anormalmente secas hasta sequía excepcional. Para el 15 de septiembre el panorama era el inverso: sólo 17 por ciento de la nación estaba en esa condición, según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Los efectos de ambos fenómenos han sido adversos: la escasez de agua llevó a que las siembras no comenzaran a tiempo, que cabezas de ganado murieran y a que en las grandes zonas metropolitanas se redujera el abasto de agua. El exceso de lluvia del lado del océano Pacífico ocasionó inundaciones en localidades de Guerrero, Michoacán, Jalisco y Sinaloa.
Al cierre de la temporada de ciclones tropicales, el 30 de noviembre, hubo un incremento en su impacto en el país de 48 por ciento, reportó el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Informó que los ciclones afectaron el territorio nacional casi el doble de lo que usualmente ocurre, ya que ocho sistemas impactaron, en lugar de los cuatro o cinco fenómenos que regularmente tocan tierra.
El SMN indicó que en el océano Pacífico se desarrollaron 19 ciclones tropicales con nombre, 11 de ellos, fueron tormentas tropicales. Los ciclones que impactaron fueron la tormenta tropical Dolores y los huracanes Nora, Olaf, Pamela y Rick, que afectaron decenas de localidades de ese litoral.
Tan sólo en el Sistema Cutzamala, región del estado de México que llegó a tener 96 por ciento de la superficie en condiciones de sequía, la Conagua y autoridades estatales acordaron reducir el volumen del suministro de agua a la zona metropolitana de la Ciudad de México (a la que abastece con 33 por ciento del agua que utiliza) al pasar de 16 metros cúbicos por segundo a 13.2.
De acuerdo con la Conagua, el área que abarca el Sistema Cutzamala ya no está en sequía, pero la presa Valle de Bravo –la más grande del complejo que incluye a los vasos Villa Victoria y El Bosque– está 30 por ciento por abajo del promedio histórico para la fecha con un llenado de apenas 58.9 por ciento de su capacidad. En el reporte más reciente del nivel de presas en la nación, el sistema, con los tres vasos que lo forman, está 14.4 por ciento por debajo del promedio de almacenamiento histórico.
Entre 1970 y 2017 impactaron las costas de México 269 ciclones tropicales, pero con el cambio climático se espera que estos fenómenos sean más intensos y afecten con mayor impacto a la población, la infraestructura y los recursos naturales e incluso más que los desastres de origen geológico, indica el Programa Especial de Cambio Climático de la Semarnat.
En cuanto a precipitación, se proyecta una disminución de -3.4 a -17.1 por ciento. Ante escenarios de mayor temperatura y menor precipitación o una distribución distinta de ésta, la sequía y los incendios forestales toman mayor relevancia y deben ser atendidos considerando estrategias integrales con una visión de largo plazo que también incorporen elementos de cambio climático, indica el programa.