Una vez que el fin de semana la destrucción de una estatua con su efigie en Atlacomulco, estado de México, ocupó amplios espacios en las redes sociales, el presidente Andrés Manuel López Obrador envió un mensaje a los habitantes de esa población agradeciendo su apoyo y les recordó que no está dispuesto a que su figura o nombre se ocupen para reconocer espacios públicos o escuelas.
“Aquí lo importante es decirles que no se sientan mal, que yo les agradezco mucho por sus buenas intenciones, pero que también me hagan caso, porque no me gusta lo que tenga que ver con la vanidad, el culto a la personalidad. Estoy muy, muy, muy seguro de lo que estamos haciendo, me siento muy contento, soy muy feliz y todos los días me confieso con el tribunal de mi conciencia.
“Y me siento muy satisfecho de tenerle amor al pueblo, sobre todo a los humildes. Entonces, eso es muy íntimo, esa es mi recompensa, eso no lo cambio por nada. Y que dejemos a la gente, sin necesidad de que se pongan estatuas o que las calles o las escuelas lleven mi nombre, que la gente tenga su criterio sobre lo que ha representado y seguirá representando mi gobierno, tenerle confianza, tenerle fe al pueblo”.
Enfatizó a sus seguidores en Atlacomulco: “dar un mensaje a los que se organizaron e hicieron una estatua de mi persona. Decirles que los quiero mucho y que les agradezco mucho por su iniciativa, que son mis amigos del alma, como millones de mexicanos que son mis amigos del alma, que los queremos mucho y que amor con amor se paga, pero que tomen en cuenta que yo he expresado que no quiero que pongan a calles, a parques, a bibliotecas, a escuelas, mi nombre, ni quiero tampoco que me levanten ninguna estatua.
“Si ellos me hubiesen preguntado, seguramente los hubiese yo convencido; como no me consultaron, ellos hicieron o mandaron hacer esta estatua que derribaron, los que lo hayan hecho eso es secundario. Arriba (las élites) pueden actuar, como se decía antes de manera coloquial, como chaqueteros, porque se quitaban y se ponían la chaqueta de moda, la que les convenía. Es ‘viva el rey, muera el rey’, así, por interés. En los pobres no, en los pobres casi es amor eterno. Entonces, eso lo tengo muy claro, el pueblo sí es agradecido”.
Y enunció de nuevo un hecho que lo marcó en su relación con la gente. “¿Y quieren un ejemplo nuevo? Yo recuerdo la elección de 2000 para jefe de Gobierno, una ola que venía arrasando todo con el movimiento de Fox y llega a la ciudad, y era candidato (Santiago) Creel y se mete la ola a la Ciudad de México. ¿Por qué gano? Claro, con tres por ciento de ventaja. Por los pobres, por los de Iztapalapa. ¡Arriba Iztapalapa! De Iztapalapa para el mundo”.