La comisión de Cultura en la Cámara de Diputados no ha recibido la iniciativa que prepara la Presidencia de la República para fusionar el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (Inali) con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), aseguró el presidente de ese grupo legislativo, Carlos Francisco Ortiz Tejeda.
El diputado por Morena indicó que una vez que les sea enviado el proyecto de decreto convocarán a todas las fracciones, “y a los interesados”, para analizar a fondo su contenido; sin embargo, adelantó que “no va a ser detrimento porque la política del gobierno es abiertamente favorecedora de los grupos minoritarios que forman los pueblos originarios. Tiene que tener justificación (la fusión); a lo mejor hay duplicidad de funciones o recursos”.
Reiteró que “si el Ejecutivo nos manda eso, es porque lo tiene absolutamente calibrado, estudiado”, a la vez que dio su voto de confianza al trabajo de la Secretaría de Cultura federal (SC), instancia a la que está sectorizado el Inali y que el domingo confirmó en un comunicado la intención de fusionar ambos institutos.
La SC argumentó que el propósito es que la infraestructura comunitaria del INPI “permita mayor alcance e impacto de las acciones de estudio, institucionalización y salvaguarda de las lenguas indígenas nacionales”.
El legislador Ortiz Tejeda insistió en que antes de aprobar la propuesta presidencial “tendremos que escuchar todas las voces con el fin de ver qué beneficios se pueden conseguir a corto o largo plazos”, así como ponderar qué se puede perder con ello, por lo que garantizó que se atenderán las opiniones de quienes cuestionen la unión de las instancias.
En tanto, el diputado Hirepan Maya, también integrante de la bancada de Morena y secretario de la comisión de Cultura en San Lázaro, sostuvo que, “a reserva de conocerla primero, entiendo que es en el sentido de fortalecer el rescate de la lengua. El objetivo es no tener dos áreas vinculantes separadas, pero si hay observaciones, habremos de apoyar y reforzar para que sea una propuesta bien fundamentada, para que no pase lo que algunas organizaciones están advirtiendo que puede suceder”.
Ortiz Tejeda anunció que buscará de inmediato un acercamiento con la SC federal para conocer los alcances de la iniciativa e ir comenzando su estudio.
Hasta el cierre de esta edición, la SC no había respondido una solicitud de este diario para detallar el tema.
El Inali es un organismo descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propios. Fue creado durante el sexenio de Vicente Fox. En un principio estuvo sectorizado en la Secretaría de Educación Pública. Pero durante la administración de Enrique Peña Nieto pasó a la SC federal.
De acuerdo con la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas de 2003, el Inali tiene principalmente los objetivos de promover el fortalecimiento, preservación y desarrollo de las lenguas indígenas que se hablan en el territorio nacional, así como promover el fortalecimiento, preservación y desarrollo del conocimiento y disfrute de la riqueza cultural de la nación, además de asesorar a los tres órdenes de gobierno para articular las políticas públicas necesarias en la materia.
El politólogo Henio Hoyo señaló a La Jornada que si el INPI fuera una institución sólida y con los recursos suficientes, tendría sentido una fusión entre ambas dependencias.
“El trabajo que hace el Inali es titánico, con un presupuesto casi inexistente. El año pasado le dieron 68 millones de pesos, para 2022 tendrán 71 millones, pero, ¿eso alcanza para rescatar los idiomas originarios de México? Es ridículo.
“Eso es lo preocupante que plantea la fusión con el INPI. Es cierto que desde un punto de vista frío y organizacional la lógica es ‘junta a todos los que se encargan de los pueblos indígenas, crea un gran instituto para los indígenas’. Para empezar, es lo que hizo el Instituto Nacional Indigenista y no le fue nada bien.
“Si en verdad esa es la intención, se necesita un gran instituto, porque el INPI se dedica al desarrollo económico, a temas de procesos productivos, salud, becas, comedores. ¿Cuál va a ser su papel al formalizar lo de las lenguas indígenas? Sospecho que sería la última de sus prioridades. El INPI debería estar solucionando el problema indígena en México, y su presupuesto es nada. Desde Peña Nieto el presupuesto se ha aumentado nominalmente para temas indígenas, pero de manera bastante rara.
“Hasta 2012 el presupuesto para la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas era de 10 mil millones de pesos. En 2015 llegó a 12 mil millones. Pero de ahí en adelante se ha convertido, literalmente, en nada. A inicios de esta administración era de 6 mil millones, y para este año les asignaron 3 mil 800.
“El argumento es que se ha aumentado el presupuesto a otras secretarías para atender la salud o la educación indígena, pero no pueden ser los mismos resultados si no hay una política central. De repente se les ocurre: ‘sí, hay que dar dinero para el deporte indígena’. Hay una suerte de discriminación intrínseca institucional, porque no se piensa en los indígenas cuando se hacen las políticas públicas desde arriba.
“Es decir, ¿ya preguntaron a los indígenas qué opinan de que el instituto que les diseña las formas en las que se deben preservar sus lenguas y formaliza la manera en la que deben escribirlas se va a fusionar con otro que se dedica a otras cosas? Hay un retorno a una versión de arriba hacia abajo de lo que es la administración pública”, concluyó el doctor en ciencias sociales y políticas, especialista en nacionalismos y catedrático de las universidades de Monterrey y Nacional Autónoma de México.