El año en curso, por ningún motivo puede considerarse un lapso manso, todo lo contrario. Será bravo 2022, sin duda.
Si bien es cierto que las grandes obras tendrán un lugar muy importante y pesarán en lo político, nadie puede ignorar que los ajustes y los preparativos para el 23 correrán durante los 12 meses de este periodo.
Es decir, más que un round de calentamiento, observaremos fuertes reacomodos, y más que nuevas figuras, habrá descartes, muchos ya anunciados, y otros que habrán de sorprender, pero que se entenderán en función de los intereses partidistas.
Y no se trata de batallas entre las diferentes banderas políticas del país, no, nos referimos solamente a Morena convertido en una arena de lucha en la que presenciaremos defecciones por interés y traiciones por cobardía.
Claro que los partidos contrarios al gobierno harán su tarea. Su labor, esa de tratar de desacreditar al régimen continuará como hasta ahora, entre alaridos estériles, pero su verdadero trabajo estará en convencer a quienes ya no quepan en Morena de unirse a su organización. Serán negociaciones con muy pocas posibilidades de convertirse en candidaturas ganadoras.
No obstante, servirá para que algunas agrupaciones, como el PRD, puedan alimentarse un poco de esos desperdicios. Acción Nacional, que ya sin obedecer a los principios que le dieron vida, podrá recibir a uno que otro renegado; y el PRI, huérfano de ética, no tendrá reparo en acomodar a todo el que quiera ensanchar su militancia.
Tratamiento aparte merece Movimiento Ciudadano, y no porque tenga la fuerza y la credibilidad suficiente para encarar una lucha seria en contra de Morena, sino porque su hambre de poder los hará reclutar a lo peor del partido ahora en el poder.
El epicentro de buena parte de esa lucha se habrá de dar en la Ciudad de México. Hasta hoy parecería que Morena no tiene a nadie que sustituya a Claudia Sheinbaum, pero del otro lado tampoco existe un nombre dominante que permitiera decir que la competencia puede ser al menos interesante.
Aunque hay algunos que desde Morena no disimulan sus apetitos de poder, y hay otros que parece que pasan inadvertidos y trabajan con denuedo, lo cierto es que hoy la lucha es sorda, de golpes bajos, de chismorreo palaciego, pero hasta ahora dentro de los márgenes que impone el partido, cosa que no durará muchos tiempo.
Así pues, habrá que estar pendientes de los movimientos internos en Morena, porque aún hay terrenos poco seguros para ese partido en algunas alcaldías, y visiones muy equivocadas sobre lo que pasa en la ciudad por parte de funcionarios que actúan muy cerca de la jefa de Gobierno.
Esa situación podría ser la fisura por donde escapen muchas de las aspiraciones de Morena para volver a tener la mayoría de las alcaldías en la ciudad, pero el asunto es que no se pueden permitir pasos en falso. Esta vez sí está en juego la continuidad de un proyecto que se ha trabajado con mucho esfuerzo.
De pasadita
Empezó el año y las calles de las diferentes colonias de la ciudad siguen en total deterioro. Hay algunas vialidades que ya son un bache total. Desde el año pasado se han levantado demandas al respecto, pero las autoridades en las alcaldías están dispuestas a no escuchar las quejas de la ciudadanía y a dejar que el deterioro continúe. Sólo se debería recordar que son las decepciones las que hacen perder elecciones, y eso, si no se entiende, les volverá a pasar. No lo duden.