Ciudad de México. Con más de 50 años de trayectoria, el salsero Willie Colón ofrecerá en la Ciudad de México una gran despedida el 5 de febrero en el Auditorio Nacional, debido a que “la altura de la urbe y otros factores pueden mermar su salud”.
No obstante, el músico continuará llevando su talento y sonido a otros lugares, “pues su retiro está muy lejano”, según un comunicado.
Para el recinto de Reforma, los organizadores adelantaron que el concierto del intérprete de Idilio y Gitana estará “cargado de energía y de temas clásicos que forman parte de su extenso repertorio”.
Como se recordará, en abril de 2020, el salsero tuvo un serio accidente automovilístico junto a su esposa cuando viajaba por Carolina del Norte, Estados Unidos, del cual se ha recuperado de manera paulatina.
El cantautor, arreglista, productor y activista social, en 2018 contó a este diario, a propósito de más de medio siglo de trayectoria, que ha “participado de manera activa en asuntos sociales y políticos, porque siempre he pensado que se puede lograr un cambio”.
Sostuvo: “Mi música refleja esas temáticas; por ejemplo, nuestro primer disco, aunque no explícitamente, era una forma de desobediencia civil; la salsa se formó en una atmósfera de cambio, violencia y disonancia, ya con el paso del tiempo, mientras nos íbamos desarrollando, se retomó la academia y los aspectos intelectuales; por esta razón las letras de las canciones fueron más específicas y de carácter social. Mi música siempre ha tenido ese ingrediente sociopolítico”.
Willie Colón es nieto de migrantes puertorriqueños; creció en el barrio latino del Bronx, hecho que marcó gran parte de su vida personal y artística, con lo que ello implica de rebeldía y transgresión de las normas establecidas.
Tras estudiar trompeta y clarinete, su admiración por Mon Rivera le llevó a inclinarse por el trombón a los 14 años. En 1966 grabó su primer disco, El malo. Editado al año siguiente por la firma Fania, en este primer trabajo ya contó con la inconfundible voz de Héctor Lavoe e introdujo elementos del folclor musical puertorriqueño, en especial la bomba, mezclado con los ritmos hirientes y ásperos propios del trombón, de lo que fueron buenos ejemplos temas tan exitosos como Jazzy y I Wish I Had Watermelon.
Junto a otros destacados músicos de origen caribeño, como Ray Barretto, Bobby Valentín, Reynaldo Jorge y Lavoe, participó en 1971 en la grabación del concierto de las Estrellas de Fania, acto que lanzó el movimiento de la salsa de Nueva York.
Colón también ha tocado con su ídolo Mon Rivera y desarrolló junto al panameño Rubén Blades lo que se conoce como salsa conciencia, que denuncia la situación política y social de América Latina.
Al coloso de Reforma también llegará Gilberto Santa Rosa, el Caballero de la salsa, quien regresa a México para ofrecer una fecha, el 15 de enero, como parte de su Camínalo Tour, al tiempo que promueve su nuevo álbum Colegas. En noviembre pasado, el cantante recibió el premio a la excelencia musical durante la entrega anual del Grammy.
Ahora, se espera que su concierto sea una selección de más de cuatro décadas de trayectoria.
En octubre pasado, Santa Rosa contó a este diario: “Me encanta la música que hago, porque el género de la salsa es muy rico, te da la oportunidad de cantar cosas bonitas y, a la vez, bailar y disfrutar de lo que es el ritmo caribeño, de todo eso que te mueve.
“A grandes rasgos –destacó–, mi música es romántica con mucho ritmo y a eso me he dedicado en 44 años, los primeros 10 con diferentes orquestas y 34 como solista.”
Al cierre de esta edición, se informó que el músico se recupera luego de contagiarse de Covid-19.
Otro salsero que llegará al Auditorio Nacional es Víctor Manuelle, quien ofrecerá un concierto el 26 de febrero con éxitos de un repertorio de más de 24 años de carrera. El cantautor, nacido en Puerto Rico, desde pequeño quiso dedicarse a la música. Gilberto Santa Rosa lo descubrió durante uno de sus conciertos. Quedó sorprendido por la facilidad de improvisación del intérprete de Así es la mujer.