El pueblo unido jamás será vencido, canción política compuesta por el músico chileno Sergio Ortega en colaboración con el conjunto Quilapayún, fue uno de los temas que con más fuerza e insistencia se escucharon durante la campaña del presidente electo de Chile Gabriel Boric. En las marchas o al finalizar los mítines el canto en coro multitudinario se alzaba insistiendo en el estribillo: Y ahora el pueblo / que se alza en la lucha / con voz de gigante / gritando: ¡adelante!
La canción que ha movilizado a todo un pueblo en estas elecciones, se originó durante el gobierno de Salvador Allende (hace casi cinco décadas), según cuenta el músico y filósofo Eduardo Carrasco Pirard, fundador y director de Quilapayún, en sus memorias Quilapayún: la revolución y las estrellas (RIL, 1988).
A modo de contexto, Carrasco explica que la situación del gobierno de Salvador Allende “se hacía cada vez más difícil” a partir de un hecho en concreto: “La marcha de las cacerolas vacías, que había tenido lugar como una protesta a la visita de Fidel Castro a Chile, a fines de 1971, fue el inicio de una ofensiva opositora que no se detuvo hasta que cumplió sus objetivos en septiembre de 1973.
“Nosotros nos defendíamos a golpes de canciones –escribe el músico–. Algunas de ellas llegaron a transformarse en grandes éxitos y sus estribillos fueron cantados por miles de personas en las manifestaciones de la Unidad Popular.”
Todo comenzó en una actividad de camaradería en casa del compositor Sergio Ortega, músico del Conservatorio Nacional de la Universidad de Chile y autor de Venceremos.
“Un día, como era habitual, Sergio nos convocó por teléfono a su casa de Lo Cañas, al pie de la cordillera–cuenta el hombre de Quilapayún–. Con su barba negra y sus ojos de iluminado, nos salió a recibir, abriéndonos la puerta de la vieja casona de campo habitada por el mágico ambiente de sus muebles antiguos. Sergio estaba emocionado, un comité de propaganda de la Unidad Popular le había solicitado que hiciera algunas canciones y él nos pedía nuestra colaboración. Para inspirarnos, había preparado un suculento curanto chilote (guisado tradicional originario del archipiélago de Chiloé), que nos esperaba debajo de un túmulo de tierra humeante. Como esta perspectiva nos entusiasmaba mucho más que la composición colectiva, pronto nos olvidamos de la petición y nos dispersamos por la casa. Yo andaba estudiando el sexteto de Brahms y tenía pegada en la oreja la melodía del andante moderato.
“Me senté en el piano y comencé a tocarla para repasar sus armonías. Como mi falta de destreza pianística irritaba al auditorio, Sergio, que estaba metido en la cocina haciendo ensaladas, llegó corriendo a salvar la situación y a mostrarnos a todos lo que realmente había escrito Brahms. Para dejar bien en claro cuáles eran los caprichosos acordes que a mí se me escapaban, comenzó a apoyar fuertemente sobre las teclas.
“Al cabo de un instante, el sexteto de Brahms se diluyó en otras improvisaciones y, como sucedía a menudo, los acordes dieron paso a otras melodías que atraparon la atención del intérprete. De pronto, comenzó a sonar algo así como una marcha heroica, construida con el bajo descendente. Sergio quedó tan entusiasmado, que se olvidó de su ensalada e inmediatamente se puso a trabajar en su hallazgo. Muy luego, todo estuvo terminado. Por un rato, dejamos de lado nuestro curanto, que siguió enterrado, y comenzamos a escribir el texto. Así nació la famosa canción El pueblo unido..., que fue cantada por primera vez algunos días más tarde, en una impresionante manifestación de las mujeres allendistas en la Alameda de Santiago.”
A partir de entonces, distintos músicos y agrupaciones han hecho diversas versiones de El pueblo unido jamás será vencido. En 2004, el escenario del festival de la canción de Viña del Mar vio una intensa interpretación de la banda Pettinellis, formada entonces por su líder Álvaro Henríquez, el tecladista Camilo Salinas, el baterista Nicolás Torres y el bajista Pedro Araneda.
Diez años después, Inti-Illimani grabó para el programa argentino Encuentro en el estudio, con el ingeniero de sonido Jorge Portugués Da Silva y la conducción de Lalo Mir, una sentida versión del tema.
El 29 de octubre de 2019 la Orquesta Sinfónica de Chile presentó la obra en Plaza Italia en el centro de las protestas del pueblo chileno contra el gobierno de Sebastián Piñera, por la desigualdad social.
Fuera de Chile, a fines de 2018, El pueblo unido jamás será vencido llamó la atención en las calles francesas. Ocurrió durante las protestas contra el gobierno del presidente Emmanuel Macron por el alza en el costo de la vida.
Ahora, esta canción-himno, ha acompañado en la carrera presidencial a un joven político que encarna la esperanza de un Chile progresista.