Ixchel tenía 30 años cuando murió. Era alta en comparación con la mayoría de sus contemporáneas (1.64 metros), gran caminante, había sobrevivido a tres fuertes golpes en el cráneo. Quizás uno de ellos le produjo una fuerte infección bacteriana en la perforación accidental o que alguien le hizo para intentar curarla. También le faltaban varios dientes, debido a caries provocadas por su afición a comer tubérculos y frutas dulces, tunas o miel de abejas.
Un día, sintiéndose muy enferma o herida de muerte, Ixchel decidió ir a la cueva de Chan Hol. O quizás alguien la llevó ahí y la recostó sobre una roca lisa donde falleció. Después, algo pasó en su mundo que extinguió a varias especies de animales del entorno y la cueva se inundó.
Más de 10 mil años después, cuando se pensaba que en la península de Yucatán los hombres más antiguos habían llegado hace pocos milenios, un grupo de investigadores buceó hasta el fondo de una de las cientos de cavernas del sistema Toh Ha de 32 kilómetros de longitud, en lo que ahora es Tulum, Quintana Roo, y encontró los restos de aquella mujer a la que nombraron Ixchel.
Los paleoantropólogos dieron a conocer el hallazgo en un amplio artículo científico publicado en la revista Plos One en febrero de 2020. Firman el estudio Wolfgang Stinnesbeck, Samuel R. Rennie, Jerónimo Avilés Olguín, Sarah R. Stinnesbeck, Silvia González, Norbert Frank, Sophie Warken, Nils Schorn-dorf, Thomas Krengel, Adriana Velázquez Morlet y Arturo González González.
Con la autorización y supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia, los restos óseos conocidos primero como Chan Hol 3 se encontraron en septiembre de 2016 por los exploradores de cuevas Vicente Fito e Iván Hernández, durante un estudio sistemático dirigido por Jerónimo Avilés.
La entrada a la cueva se encuentra en el cenote con ese nombre, Chan Hol (que en maya significa pequeño pozo), a unos 15 kilómetros al suroeste de Tulum y a unos 11.5 kilómetros de la costa. El esqueleto fue descubierto en un túnel de una cueva baja en agua dulce.
Los especialistas afirman en su reporte que si bien México durante mucho tiempo tuvo un papel menor en la discusión sobre asentamientos tempranos en América, la riqueza de los esqueletos paleoindios encontrados en esta gran área geográfica ha cambiado esa situación, “en la actualidad, el interés científico se centra particularmente en la península de Yucatán, donde se han descubierto un total de 10 esqueletos humanos bien conservados durante la última década en cuevas sumergidas del área de Tulum, que datan de entre 13 y 9 mil años”.
Junto con los restos fósiles conocidos como Eva de Naharon, Naia, el Hombre de El Templo y la Mujer de Las Palmas, en Chan Hol se han encontrado tres osamentas que tienen fascinados a los investigadores de todo el mundo.
En Ixchel, continúa el informe, “también hay evidencia de una posible enfermedad bacteriana treponema que causó una alteración severa de los huesos parietal posterior y occipital del cráneo. Esta es la primera vez que se informa de la presencia de dicha afección en un esqueleto paleoindio en América”.
Desafortunadamente, sólo 30 por ciento del esqueleto de Ixchel está completo, “lo que indica que muchos huesos pudieron haber sido transportados por agua y arrastrados, se perdieron debido a la descomposición o todavía están en la cueva cubiertos por piedra de flujo. Los huesos recolectados incluyen el cráneo, la mandíbula, ambas clavículas, el manubrio, el húmero izquierdo, ambos fémures, ambas tibias, tres fragmentos de la pelvis (ilion e isquion), dos cúbitos y un fragmento de diáfisis radial, siete fragmentos de vértebras (torácica y lumbar), siete fragmentos de costillas y tres falanges.
“Sugerimos tentativamente que la piedra caliza plana fue colocada intencionalmente por humanos, quizá sirviendo como ‘reposacabezas’ para el individuo de Chan Hol 3 (...) La hembra Chan Hol 3 sobrevivió a tres posibles traumas craneales. El identificado en el hueso parietal izquierdo fue causado por un potencial impacto contundente, que condujo a una abertura redondeada de dos milímetros de diámetro. Las grietas se extienden de forma circular alrededor del impacto y se deben a una fuerte hinchazón.
“El segundo y tercer traumatismo en el parietal y el occipital fueron causados por un golpe fuerte en la parte posterior de la cabeza con un objeto punzante. Sin embargo, estos traumas muestran signos de curación, lo que sugiere que la hembra Chan Hol 3 sobrevivió a los tres.”
El artículo completo, titulado Nueva evidencia de un asentamiento temprano en la península de Yucatán, México: la mujer Chan Hol 3 y su significado para los pueblos de las Américas, se puede consultar en: https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371%2Fjournal.pone.0227984&fbclid=IwAR3YH5K2jb-k66Eza68361Zk0DfArLoilPrURBzLE_-WLp-UEW1oMcfibTI