Han pasado más de 21 meses desde que las universidades Nacional Autónoma de México (UNAM) y Autónoma Metropolitana (UAM) suspendieron sus clases presenciales debido a la pandemia de Covid-19. Y pese al llamado de autoridades educativas, incluso del propio presidente Andrés Manuel López Obrador, para que regresaran a las aulas, la mayoría de los estudiantes no pudo volver a los salones en 2021.
Varios alumnos entrevistados advierten sobre las repercusiones que la enseñanza en modalidad virtual ha tenido en su formación educativa: la falta de prácticas en laboratorios y de campo, dificultades para tener mejor entendimiento de los temas tratados en clase, distracciones y falta de interacción física. A su vez, trabajadores de la UNAM acusan que en algunas entidades académicas no se han terminado las adecuaciones para garantizar espacios seguros y ventilados, y en otras se ha retrasado el regreso ante la “inestabilidad” que viven sus comunidades.
En la UNAM, cifras oficiales señalan que antes de las vacaciones de invierno habían regresado 80 mil universitarios, entre licenciatura, bachillerato y posgrado, de un total de 366 mil 930. Es decir, apenas cerca de 22 por ciento de la comunidad, a pesar de que en noviembre pasado el rector Enrique Graue llamó a acelerar el regreso, pero dejó la decisión en los consejos técnicos.
Sandy Ortiz, estudiante de noveno semestre de la Facultad de Ciencias, no regresó a clases presenciales más que en dos ocasiones para prácticas de laboratorio, y aunque sus compañeros buscaron tener más actividades en las aulas, no lo lograron. Refirió que “en taller de investigación, donde éramos nada más tres alumnos, no autorizaron. No sabemos por qué, pues ya teníamos el esquema de vacunación completo”.
Compartió que por una parte las clases en línea han sido más complicadas, pues “hay ciertos temas en los que necesitas estar en el aula y que sean más dinámicos”. Consideró que haber cursado cuatro semestres de manera virtual repercutió en su formación, sobre todo en materias que necesitaba trabajar con equipos de laboratorio. “Ahí la enseñanza fue teórica, te enseñaban imágenes del equipo y cómo funcionaba, pero sin manejarlo, y en mi carrera de ciencias de la Tierra tampoco pude realizar prácticas de campo”.
Problemas técnicos
Un profesor de asignatura de las facultades de Química y Ciencias, que prefirió omitir su nombre, mencionó que de los tres grupos que tuvo en la primera unidad académica, sólo uno regresó de manera híbrida. Las clases, expresó, fueron complicadas por los problemas técnicos que se dieron con los equipos de trabajo, y si bien en un inicio se presentaron 15 alumnos –de los 70 que tuvo en lista–, al final fueron disminuyendo todavía más.
Falta de salarios, otro problema
En Ciencias, llanamente él no impartió clases presenciales. Ahí, explicó, el problema con los pagos salariales de los profesores de asignatura –que desde marzo fueron denunciados–, sigue teniendo repercusiones. “Las autoridades no están en las mejores condiciones de pedir a sus académicos algo así” como el retorno, y consideró, sin embargo, que ante la variante ómicron es prudente seguir con actividades a distancia.
En otras entidades, como la Faculta de Arquitectura, sólo regresó una parte del estudiantado. Edith, alumna de noveno semestre, explicó que su grupo decidió continuar en línea sobre todo por el temor de contagio. “Pero se necesita la interacción en la revisión de planos o presentaciones”, añadió. En la de Filosofía y Letras tampoco regresó la mayoría de sus alumnos, mientras en las demás, incluidas las facultades de estudios superiores, se privilegió el retorno para las prácticas.
Se espera que este 2022 se incrementen las actividades presenciales, ya que, por ejemplo, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales anunció que iniciará su semestre –a finales de enero– en modelo híbrido, convocando ya la presencia de más estudiantes, al igual que la Facultad de Ingeniería y otras realizarán ensayos para aumentar las labores físicas, como la de Artes y Diseño; sin embargo, trabajadores señalaron que permanece la incertidumbre. Sindicalizados también han manifestado resistencias, ya que prefieren seguir en home office.
En cuanto a la UAM, con más de 60 mil estudiantes, aunque en noviembre pasado comenzó el Programa de Transición de Enseñanza en la Modalidad Mixta, fue casi en las dos semanas previas al receso de invierno cuando se llamó a todo el personal académico a incorporarse de manera inmediata a sus actividades presenciales. En esta casa de estudios se han privilegiado también las labores físicas para talleres y prácticas.
El IPN anunció que el semestre 2022-2 dará inicio el 31 de enero de manera presencial.