En el Centro de Sanciones Administrativas y de Integración Social, El Torito, “el tiempo pasa muy lento”, coincidieron varios arrestados por 20 horas al no librar el alcoholímetro, pero da oportunidad de reflexionar, además de constatar que es un programa que no discrimina sexo, edad ni condición social.
Eran los últimos minutos de 2021 cuando el ingeniero Orus se acomodaba el cinturón, terminaba de ajustarse las agujetas que le acababan de devolver los oficiales tras ser detenido en Reforma por registrar 0.80 miligramos por litro de alcohol de los 0.40 permitidos.
En una desolada avenida Aquiles Serdán espera a que un amigo pase por él, mientras piensa cómo explicará a sus hijos la detención en una celda del bloque B, en la que sólo hay dos literas, pero por sobrecupo le tocó quedarse en una colchoneta en el piso. El Año Nuevo lo recibieron allí 60 personas, mientras en 2021 sólo estuvieron 12.
No recibió golpes ni mal trato del personal, pero admitió que “es feo caer aquí” porque se pierde la noción del tiempo, aunque a la vez le dio la oportunidad para conocer a conductores por aplicación a quienes también les quitaron la licencia por un año.
“Nos dijeron que es nuevo el reglamento y me afecta en mi trabajo, antes sólo perdíamos puntos, pero ahora la retiran”, y que pagará 860 pesos para sacar el auto del corralón y 82 pesos por día de permanencia.
Sobre la comida, dijo que no es gourmet, pero no es tan mala, y fue de los pocos afortunados que recibieron una visita, ya que una amiga le llevó un libro de Batman para hacer más leve la espera.
Abraham, de 34 años, comentó que bebió dos cervezas y aunque dijo que “uno siente que va en perfecto estado al manejar”, salió con 0.80, por lo que “debo ser mucho más responsable, además de que hay momentos en que podemos platicar entre varios y todos coinciden en que se aprende de la experiencia.
“Pasa el tiempo muy lento, no es una experiencia bonita, porque después de todo estar arriba de una patrulla no es bonito: el frío, el remordimiento de haber hecho las cosas mejor, el estar encerrado y preocupar a la familia”, explicó tras mencionar que escuchó casos de personas que ofrecieron 500 pesos y ni así la libraron.