En 2022 el gobierno capitalino ampliará su estrategia de atención de la salud mental y sicosocial mediante acciones comunitarias para contrarrestar los efectos producidos por el aislamiento social del confinamiento y la pérdida de familiares a causa del Covid-19, que en este año se dirigió a menores con el programa Salud Escolar dentro del plan Regreso Seguro a Clases.
Con dicha estrategia atendió este año a 8 mil 567 menores, 2 mil 123 docentes, 2 mil 250 madres y 398 padres de familia en 323 escuelas de prescolar y primaria.
La Dirección de Servicios de Salud Pública (DGSSP) adelantó al Congreso capitalino que la promoción de los servicios de salud mental se reforzará también en las salas de espera de sus centros de salud.
En un exhorto del Legislativo, al que dio respuesta la DGSSP, se señaló que la UNICEF alertó que el impacto sicológico en menores y adolescentes son principalmente miedo, estrés, reacciones ansiosas y malestar emocional, como tristeza o irritabilidad, y 87 por ciento de personas que respondieron a una encuesta manifestaron la necesidad de apoyo para gestionar su estrés y sentimientos difíciles.
Señaló que la estrategia se extenderá a los comités de salud, población que colabora en los grupos de adolescentes promotores y en instancias de atención de adicciones.
En otro tema, ante la contratación de insumos para enfrentar la pandemia mediante esquemas de adjudicación directa, la Auditoría Superior de la Ciudad de México (ASCM) señaló que la emergencia sanitaria no cancela la obligación de las autoridades a rendir cuentas y asumir la responsabilidad sobre sus decisiones.
En el resultado de la auditoría emitido en octubre pasado a la gestión del gasto de la Secretaría de Salud de 2020, se contabilizaron 343 contratos de adquisiciones de diversos productos, como gel antibacterial, termómetros, desinfectantes y cubrebocas, entre otros.
En uno de los contratos se encontró que la compra de overoles desechables se hizo a un precio unitario de 480 pesos, que anteriormente adquirió a 340 pesos, la cual fue justificada por la urgencia de contar con el insumo que adquirió altos costos por su escasez en el mercado, pero la instó a poner atención “especial y meticulosa” en sus decisiones.
En la revisión del gasto correspondiente a la contingencia sanitaria, la ASCM concluyó que la secretaría cumplió la normativa aplicable y en general se realizó con eficiencia, eficacia y economía en cuanto al precio de los bienes.