Ciudad de México. Centros de Salud del gobierno de la ciudad duplicaron durante esta semana la demanda de pruebas rápidas de Covid-19, situación que se observa también en las áreas de triage de hospitales públicos, donde se han incrementado también los casos positivos, incluso entre el mismo personal médico, aunque con niveles de saturación que no han requerido de hospitalización.
En centros de salud como el Ramos Millán y Dr. José Zozaya, en la alcaldía Iztacalco, así como el José María Rodríguez, en Cuauhtémoc, de un promedio de 40 a 50 pruebas que se realizaban diariamente hace una semana, se han incrementado a entre 80 y 110 al día.
En el Hospital General de Zona 30 del IMSS, al mediodía de ayer se habían realizado 18 consultas y siete habían dado positivo.
Ante este incremento en la demanda de pruebas, la secretaria de Salud capitalina, Oliva López Arrellano, informó que se incrementará el número de puntos de detección e incluso anunció que se prevé introducir la autoaplicación.
Explicó que se trata de pruebas de raspado nasal que las mismas personas se pueden realizar y que dan un resultado rápido, pero que se está afinando el mecanismo para asegurar que lo hagan de manera correcta y tener el seguimiento de quienes utilicen dicho método.
Adelantó que se prevé instalar de nueva cuenta macrokioscos en las 16 alcaldías, pero se iniciaría con la mitad de las demarcaciones la próxima semana.
La historia se repite
Ayer, largas filas de personas para realizarse la prueba Covid volvieron a observarse en Centros de Salud ante el incremento de contagios en los días recientes, que debieron llegar desde las 8 de la mañana para alcanzar ficha, como Norma y sus hijos Joel y Gael, en el Centro de Salud Cárdenas de la Vega, en Gustavo A. Madero, quien presentaban algunos síntomas, pero “esperamos que salga negativo”.
La reunión familiar para recibir el Año Nuevo “está en veremos; todo depende del resultado de la prueba”, dijo a su vez Rosalía, quien se apresuró a llegar desde Cuautepec Barrio Alto al centro ubicado a unas calles de la alcaldía, donde se distribuyeron ayer 289 fichas.
Personal de los Centros de Salud explicó que las personas que acuden por la prueba presentan algunos síntomas; muchas llegan sin ninguna sintomatología, pero manifiestan haber estado con otra que resultó positiva y se recomienda a veces, en algunos casos conforme a los protocolos, que por los días de incubación del virus, que esperen a realizarse otra prueba.
Hay también quienes requieren la prueba porque van a realizar algún viaje, como Lucía y Paty, quienes llegaron al Centro de Salud a las 11:30 horas, cuando en promedio concluye la actividad de los triages, por lo que tendrían que acudir a un laboratorio o farmacia para adquirirla, donde el costo del antígeno va de 230 a 599 pesos, y la PCR de 999 a mil 799. Es “un fuerte gasto, pero no nos queda de otra porque mañana salimos temprano de viaje y tenemos todo pagado”, comentaron.
En el hospital del IMSS, Jonathan Gutiérrez, de 37 años, dijo que la noche del martes comenzó a padecer dolor de cabeza y ardor en la garganta y fue desmejorando: “Ya me duelen los huesos, tengo mucho flujo nasal y siento mareos”. Acudió a consulta y lo remitieron al área de triage para aplicarle la prueba y hacer su valoración médica.
La enfermera García explicó que al hospital llegan personas que ya llevan su prueba positiva de Covid con algunos síntomas, pero sin niveles de saturación que requieran la asistencia hospitalaria. Se les manda a confinamiento a sus domicilios con un tratamiento y las indicaciones en caso de que los síntomas se agraven.