La Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México presentó el programa de gestión para mejorar la calidad del aire de la zona metropolitana del valle de México (ProAire 2021-2030), en el que se incluyen 19 acciones estratégicas con las que se pretende reducir en nueve años hasta en 25 por ciento la cantidad de contaminantes emitidos.
Con él se prevé mejorar la calidad del aire en 22 por ciento respecto a la concentración de partículas PM2.5 y hasta en 7 por ciento la de ozono, y así evitar 6 mil muertes prematuras para 2030.
De acuerdo con el inventario de emisiones de la zona metropolitana del valle de México, en 2018 se emitieron más de 34 mil y 16 mil toneladas de partículas PM10 y PM2.5, respectivamente.
Las primeras provienen del sector transporte (39.6 por ciento), el tránsito sobre vialidades (24.4), la labranza y cosecha (7.6), y la quema a cielo abierto de diversos residuos (5.4).
Las partículas PM2.5 se generan en su mayoría por el transporte (43 por ciento), en el que los vehículos pesados a diésel tienen la mayor contribución, así como la quema de residuos a cielo abierto, el tránsito, la labranza y la cosecha.
En ese mismo periodo se emitieron 413 mil toneladas de COV (compuestos orgánicos volátiles) y 144 mil toneladas NOX (gases como el óxido nítrico y el dióxido de nitrógeno), que provienen en su mayoría del transporte (85.8 por ciento), mientras los primeros son emitidos por diversas actividades como el uso comercial y doméstico de solventes (31.6), fugas en instalaciones de gas LP (20 por ciento) y del sector transporte (22. 22).
En el documento publicado en el portal de la Secretaría de Medio Ambiente se sugiere que las políticas de control de contaminantes se enfoquen en la fuente que generan los COV, pues sólo reducir los NOX no causarán cambios significativos o incluso podrían detonar aumentos en la concentración de ozono, como ocurrió durante la primera ola de la pandemia.
En ese periodo se redujo la movilidad en 60 por ciento, pero si bien las concentraciones de óxido nítrico y dióxido de nitrógeno disminuyeron 44 por ciento, los niveles de ozono se incrementaron en 11 por ciento, comparado con años anteriores.