Santiago. En abril de 2021, el entonces candidato y ahora presidente electo de Chile, Gabriel Boric, reflexionaba en una columna de opinión acerca de la fatiga del modelo de crecimiento chileno y decía que las señales eran "la incapacidad de la matriz exportadora de superar su carácter extractivo y de bajo valor añadido, el estancamiento de la productividad a partir de fines de los 90, y la profunda fractura productiva entre la gran empresa exportadora y el amplio tejido de pequeñas y medianas empresas (PYMES)".
La autoría de esa columna fue compartida con José Miguel Ahumada, un experto en políticas del desarrollo de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, y profesor del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile.
Ahumada, en conversación con La Jornada, delinea lo que puede significar el gobierno de Boric, en términos de asentar un nuevo modelo de desarrollo que reemplace al extractivismo neoliberal.
"El estallido social de 2019 junto a los efectos económicos de la pandemia, devinieron en una coyuntura crítica en que los pilares del crecimiento neoliberal perdieron su legitimidad. El régimen venía mostrando agotamiento desde hace décadas. Las fracturas sociales se han hecho más profundas y sensibles, la deuda de los hogares crece, las zonas de sacrificio ambiental se expanden y las PYMES se ven más asediadas por una demanda deprimida. El próximo gobierno, junto a la Convención Constitucional, tienen una oportunidad histórica para iniciar un ciclo político que levante la arquitectura pública para un desarrollo productivo dinámico y sostenible, como hicieron los países exitosos productivamente".
—-¿Qué consideraciones deben estar presentes para definir el modelo de desarrollo que debe adoptar Chile?
"Tenemos cinco problemas claves. El primero es la crisis climática, debemos dar gestos como la firma del Acuerdo Escazú y esforzarnos en estimular áreas más allá de las extractivas, como energías renovables donde hay grandes ventajas dormidas, destacando las fuentes eólicas, solares, hidrógeno verde, etc".
"Segundo, crear empleos de calidad. El empleo informal es de casi el 30% de la fuerza laboral y la productividad permanece estancada desde fines de los noventa. Esto no solo implica una pérdida productiva gigante, sino condiciones laborales precarias y de bajos ingresos".
"Tercero, es urgente densificar tecnológicamente nuestras áreas de especialización. No se trata únicamente de que produzamos energías renovables sino que, a partir de ahí, se levanten polos tecnológicos que puedan producir insumos complejos, servicios, infraestructura y tecnologías de almacenamiento de energías que puedan ser nuevas fuentes de exportación".
"Cuarto, para que este régimen productivo sea estable socialmente en el largo plazo, es clave reducir brechas de ingreso entre regiones y clases. Esto implica un nuevo pacto tributario progresivo, donde propuestas como el impuesto a los superricos y el royalty minero serán claves".
"Finalmente, levantar las bases para un Estado de bienestar vía reformas profundas en el sistema de pensiones y salud, por ejemplo, son no solo posibles sino urgentemente necesarias".
—-¿Son distintos crecimiento económico y desarrollo económico?
—-Crecimiento implica el aumento cuantitativo de los bienes producidos, sin consideración por la naturaleza de la estructura productiva ni por la sostenibilidad en el largo plazo. Desarrollo, en cambio, implica una decisión estratégica de modificación de los pilares materiales de un régimen de crecimiento, hacia potenciar áreas que se consideren catalizadoras de progreso técnico, generen empleos de calidad y con baja huella ecológica. Desarrollo no es sólo aumentar cuantitativamente los ingresos, sino modificar sustantivamente la forma como producimos.
"En este sentido, Chile en las últimas décadas ha crecido pero no se ha desarrollado".
—-¿Qué rol deberían tener las MiPymes en una estrategia de desarrollo país?
—-El mundo de las Mipymes es muy heterogéneo. Hay un gran espacio para exportar y para insertarlas en cadenas productivas con grandes empresas.
"La empresa finesa Nokia, durante su boom en los 1990-2010, incluyó a cientos de pequeñas empresas nacionales en la producción de telefonía. La empresa aeronáutica Embraer, en Brasil, incluyó importantes proveedores nacionales en su dinamismo exportador".
"En ese proceso el Estado cumplió un rol decisivo mediante instituciones públicas de estímulo y subsidio a la innovación, que fueron claves para que las empresas de menor escala tuvieran financiamiento, acceso a colaboración técnica y ayuda en establecer contratos con las grandes empresas exportadoras. Esto las ayudó a aumentar su acceso al mercado, su escala de inversión y aprendizaje tecnológico, poder transformarse en competidoras globales".
—-¿Es usted partidario de regímenes diferenciados para atraer inversión extranjera de un alto componente tecnológico?
—-Noruega no hubiera podido aprovechar el petróleo para complejizar tecnologícamente su economía interna sin lograr acuerdos con las empresas transnacionales que garantizaron transferencia tecnológica y contenido local en la producción. Una de las características de América Latina -y México con las maquilas es un caso conocido-, es que las empresas multinacionales no generan sólidos encadenamientos productivos con capitales locales, terminando la región en su clásico rol de proveer mano de obra barata y/o acceso a recursos naturales, pero sin obtener ninguna ganancia en términos de mejoras tecnológicas y complejización de su producción.
"Chile, al igual que México con el NAFTA, tiene una serie de Tratados de Libre Comercio que restringen considerablemente la posibilidad de establecer regímenes pro-desarrollo para las inversiones extranjeras. Aquí nuestro país puede hacer dos cosas complementarias: re-negociar bilateralmente cláusulas referidas a estos temas con los socios comerciales, para darle al Estado espacio para hacer políticas productivas, y establecer contratos directos entre el Estado y las empresas extranjeras con normativas pro-transferencia tecnológica".
La Convención Constitucional que rol juega en la definición de lo que el país quiere ser como proyecto país.
"La Convención es un ejemplo de ejercicio democrático histórico, donde representantes, elegidos en forma paritaria y con representación de pueblos originarios, determinarán las características del Estado y sus funciones, y podrán superar las serias restricciones a la acción del Estado en materia, entre otras, de desarrollo productivo que tiene la Constitución de 1980".
"Proponer, de este modo, otro ordenamiento constitucional que emerja de la voluntad del pueblo, es no solo un ejercicio de libertad, sino una oportunidad para desplazar viejas restricciones de la herencia de la dictadura de Pinochet.
Se habla acerca de salir del régimen neoliberal y de reemplazarlo por uno de derechos sociales garantizados, ¿es realmente posible tras 40 años de neoliberalismo?
"Lo más profundo de la coyuntura nacional es que los dos valores sobre los cuales se sostenía la hegemonía neoliberal -libertad de emprendimiento y meritocracia-, están en profunda crisis. La libertad de mercado engendró una mayoría que, producto de la precariedad laboral y ausencia de derechos sociales, fue lanzada a una interperie social sin protecciones y forzada a vivir, tanto en el plano económico como doméstico, en relaciones de arbitrariedad y dependencia".
"Los movimientos estudiantiles, contra las administradoras de fondos de pensiones (AFP) y feministas han sido claves para politizar estas situaciones de servidumbre por deuda, por vejez y de cuidados".
"En este sentido, me tomaría en serio el que la palabra ‘dignidad’ haya sido un significante en que se condensaran muchas de estas luchas. Dignidad hace referencia a vivir sin ‘bajar la mirada’, sin estar sujeto a la arbitrariedad de otro. Es una visión típicamente republicana clásica (y ajena al liberalismo) de comprender la libertad. El pueblo en su propia práctica está construyendo su propia concepción de libertad".
—-De los casos de desarrollo exitoso, ¿qué pueden aprender Chile y otros países de la región?
—-Que países haciendo cosas diferentes lograron resultados económicos y sociales considerablemente superiores a los que hemos experimentado en la región. Noruega logró vía empresas estatales, redes públicas de innovación, políticas industriales y gran gestión de recursos, superar la llamada ‘maldición de los recursos naturales’. Suecia, con amplia participación del Estado en coordinar inversiones, gestionar innovación y garantizar derechos sociales, logró un orden económico ampliamente productivo, socialmente muy igualitario y con una democracia sólida. Finlandia pasó de ser una economía exportadora de celulosa a ser una especializada en tecnologías de procesamiento de alta punta, telefonía y electrónica en menos de 40 años a partir de un Estado que aseguró educación pública, una arquitectura estatal de innovación y colaboración para levantar empresas tecnológicamente dinámicas.
"Agregaría Corea del Sur, Singapur y Japón, que nos enseñan que el desarrollo productivo implica roles del Estado que van mucho más allá de únicamente asegurar el libre comercio y explotar las ventajas comparativas dadas".