En su primera obra de teatro, titulada Norma Jeane Baker de Troya, dada a conocer en 2019, la poeta canadiense Anne Carson (1950, Toronto) entabla trama entre la Helena griega y la joven que luego se convirtió en la mítica Marilyn Monroe, quienes comparten la belleza que las ha destruido y el vituperio histórico por los males decididos por los hombres.
María Fuentes, editora del sello catalán independiente Vaso Roto Ediciones, que publica una edición bilingüe inglés-español de esa obra, explica en entrevista: “Hay cuatro figuras diferentes. Una es la Helena de Eurípides, con sus miedos e inseguridades, que no quiere irse con París. Los dioses crean una Helena falsa, de nube, que es la que se va y ocasiona toda la guerra de Troya.
“Por otro lado, Norma Jeane Baker, la mujer de verdad, y la mujer-mito: Marilyn Monroe. Tenemos a las dos mujeres reales llorando la fatalidad, porque tienen una belleza aciaga hacia sí mismas, que las ha destruido porque solamente se les contempla; a ellas no se les puede llegar a escuchar.”
Enfatiza que Carson muestra que los mitos “siguen siendo por completo actuales. Con una vigencia rabiosa. Es fiel a su manera de escribir, de acercarnos a los clásicos, demostrarnos que siguen igual de vivos y que los errores que se cometieron en el pasado se siguen cometiendo en el presente. La raza humana no ha variado en lo más mínimo”.
La obra de la ganadora del Premio Princesa de Asturias 2020 de las Letras se montó en la ciudad de Nueva York durante la primavera de 2019, con la interpretación del actor Ben Whishaw y de la soprano Renée Fleming, bajo la dirección de Katie Mitchell.
Cargar culpas
Este montaje enfrentó una gran complejidad, refiere María Fuentes: “tuvieron que hacer una interpretación de la interpretación; es decir, crear una obra nueva de teatro para poder intercalar la original, que técnicamente era muy difícil”.
En la dramaturgia, traducida por Jeannette L. Clariond, el poeta griego Homero “asegura que la causante de la guerra de Troya es Helena. Y hay una queja de la protagonista: ‘me culpan a mí cuando realmente hay una finalidad económica, pero yo soy culpable porque tiene que haber uno y debe ser mujer’.
“Norma Jean dice lo mismo de la productora MGM, que es el Homero que crea el mito de Marilyn Monroe para generar los ingresos de la película, pero destroza a la actriz y a la mujer, y un montón de hombres se quejan de que a causa de ella han tomado malas decisiones. Ella se dice: ‘no soy yo. Marilyn Monroe no soy yo. Yo soy Norma Jeane’”.
Fuentes destaca la genialidad de Anne Carson de mezclar a la Helena de Homero y a Marilyn Monroe de MGM. “Se luce. ¿A quién se le hubiera ocurrido algo similar? Es completamente verosímil”.
Para la editora, la erudición de Carson es notoria, pero es falso que para leerla “hay que saber mucho. Sí exige lecturas a posteriori. Lees su obra e inmediatamente vas a tener que remitirte a Eurípides, porque has hecho un nivel de lectura muy interesan-te, y luego quieres profundizar un poco más y continúas”.
Menciona que la constante candidata al Nobel de Literatura incursiona en el teatro sin quedarse “en los márgenes del género, sino que se salta a la torera todas las normas. El texto tiene dificultades técnicas bastante importantes, pero es muy placentero a la hora de ser leído. Anne Carson brinca porque es consustancial a ella. Sus textos fluyen de un género a otro”.
El título contiene nueve apartados. “En Knox, Carson pone el poema 101, de Catulo, y palabra por palabra hace un análisis semántico del latín al inglés. En este libro hace algo similar. Cada apartado va precedido de una lección de guerra en un lenguaje didáctico muy literario, en el cual nos describe las técnicas bélicas que utilizaron los antiguos griegos. Y las trae al mundo actual”.
Fuentes sostiene que aunque hay partes que no están escritas en verso, “uno siente el lenguaje poético constante. Apoyo lo de las lecciones de guerra. Parece mentira que uno puede explicar con poesía cómo se mataban en aquella época”.
En la primera de estas lecciones aborda el cambio de locación, el camuflaje de las armas y las falsas que parecen verdaderas. “Realmente es lo que está haciendo en todo el libro: en esta locación está traspasando a Norma Jeane Baker al mito de Helena, no la homérica, sino la de Eurípides.
La editora reconoce que existe un ánimo cíclico en este texto, marcado por el poema Perséfone, de Stevie Smith: “Yo soy esa Perséfone / Que jugueteaba con sus amantes en Sicilia / Para beneficiarse de la seguridad social. // Oh qué tiempos gloriosos aquéllos. / ¿O no lo fueron tanto? Dijeron que era triste. / Nací buena, crecí mala.
“Te dice, creció mala, pero era una niña de 12-13 años; se encontró con el caballero y hubo violación. Entonces, ahí es la historia de Perséfone, de Helena, de Norma Jeane; es como juntar el mito, la propia narrativa, cómo se ha ido repitiendo por los siglos, y hasta hoy decimos: ‘nació bien, creció mal’.”
Concluye: “esta obra es insuperable para el resto de los autores; solamente puede superarla la misma Carson”.