El modelo de inversión de Petróleos Mexicanos (Pemex) se orientará a extraer el tipo de crudo y el volumen que requieren las refinerías del país, informó el presidente Andrés Manuel López Obrador, y confirmó que en enero se liquidará la compra de la de Deer Park, en Texas.
“Tenemos petróleo, podemos consumir petróleo todo este sexenio y vamos a dejar más reservas de las que encontramos cuando llegamos al gobierno. (Pero) no se extraerá sólo para vender, sino para lo que necesitan nuestras refinerías. Si necesitamos 70 por ciento de petróleo pesado Maya, Pemex extraerá ese petróleo y 30 por ciento de ligero. Es un cambio completo en la política petrolera”, dijo en la víspera de que la Secretaría de Energía y Pemex presenten el nuevo plan de negocios de la petrolera.
En su conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional, consideró afortunado que el país cuente con “todos los tipos de petróleo, porque desde 2019 invertimos en exploración y tuvimos la suerte de encontrar tres grandes yacimientos con muchísimo petróleo de reserva”.
Incluso manifestó que desea “con el alma” ya no se utilicen combustibles fósiles, porque se debe cuidar el ambiente, por eso la prudencia en extraer sólo lo necesario para el consumo interno, pero también resaltó que, además de no existir sustitutos para los hidrocarburos, en el mundo se consumen más.
“Y hay incluso hasta un doble discurso, muy hipócrita, porque se habla de enfrentar el cambio climático, pero se extrae más petróleo, al mismo tiempo, por los intereses económicos”, abundó.
En una amplia explicación sobre el proceso que culminó con la autorización de Estados Unidos para la compra de Deer Park, el mandatario dijo que, si bien hay dos opciones para liquidar la deuda de 980 millones de dólares que enfrenta el complejo de Shell, si el proceso implica pagar intereses más caros, la Secretaría de Hacienda podría optar por cubrirla en los tiempos que se contrajo originalmente.
No obstante, si la alternativa es que se puede liquidar, existen recursos para ello, pues “se hizo una reserva del presupuesto, porque hubo un ahorro el año pasado y se apartó dinero para la compra de la refinería y para el inicio de la coquizadora de Tula”.
Aunque Shell aceptó vender Deer Park, faltaba el permiso, dijo, que se retrasó porque se pidió una ampliación del trámite por parte del gobierno de Estados Unidos. “Y hubo protestas soterradas no muy claras, para que Estados Unidos no nos otorgara el permiso, esa es la verdad; incluso, leí que una tintorería presentó una denuncia. Me acordé de aquello del pastelero de Tacubaya, sí, que no le pagaron unos pasteles y eso lo utilizaron de pretexto los franceses, para invadirnos.”
Washington solicitó más información, “todavía no sabemos qué alegaban”, y se entregó lo requerido, incluso se explicó el origen de los recursos. “Bueno, pero ya se concretó esta operación, ya lo único que hace falta es pagarla y tenemos el dinero”, dijo.
Reiteró que con la coquizadora de Tula –donde se invirtieron 2 mil millones de dólares–, las refinerías de Deer Park y Dos Bocas, más las del Sistema Nacional de Refinación, el país podrá procesar entre un millón 800 mil y un millón 900 mil barriles al día, lo que abastecerá el mercado interno de combustibles.
Rechazó el cálculo de calificadoras, de que la compra de Deer Park podría constituir una inversión riesgosa. López Obrador expuso que, en el debate sobre cuánto más se requerirá consumir petróleo, la realidad es que no se ha avanzado lo suficiente para crear sustitutos o nuevas energías. “Es más la propaganda que la realidad y hechos”, delineó.