Ciudad de México. Carlos Rivera no sólo es profeta en su tierra, sino en el extranjero, pues ha sido reconocido por su calidad interpretativa e histriónica y ha sido ovacionado en conciertos multitudinarios, que van desde el Teatro Real de Madrid a la Arena Ciudad de México, entre infinidad de recintos.
Además, trabaja sin cesar. Recién terminó el reality televisivo ¿Quién es la máscara?, promociona su producción Leyendas, que grabó a dueto con otros cantantes, la cual tendrá una segunda edición de lujo, y se prepara para protagonizar, a partir del 10 de febrero, el musical José El Soñador, en el Centro Cultural Teatro 1.
Este musical, aseguró Rivera en entrevista, le fascina “pues fue la primera obra que vi en mi vida hace ya 17 años; además, la trama tiene que ver con mi propia historia: es un joven que sueña en grande, con muchas cosas y no sabe por qué sucede todo esto; incluso en su familia lo ven como bicho raro”.
Nacido el 15 de marzo de 1986 en Humantla, Tlaxcala, Rivera también fue nombrado hace unos años Hijo Predilecto en su tierra natal y recibió el premio estatal de la Juventud. “Nací en una familia que no tenía nada que ver con la música; soy el tercero de cuatro hermanos, ninguno canta. Imagínate, yo sabía que quería ser cantante desde niño y decía ‘voy a ser artista, salir en la televisión, grabar discos y hacer conciertos’”.
El cantante puntualizó: “Realmente creo que mi carrera está basada en los sueños, pero mucho más en la fe de que algún día éstos se pueden cumplir; cuando empezaba no tenía nada más que eso ni siquiera el apoyo específico de la familia, como es el caso de artistas a quienes su madre o padre los acompañan a los castings. De hecho, el primero que hice, fue porque pude ir por mi propia cuenta”.
Desde los 12 años, Rivera insistía a su progenitora que lo llevara al programa Todos a cantar, lo cual no consiguió. “Mi madre era maestra de kinder en Huamantla, y cuando le decía esas cosas para ella era como pedirle que me llevara a la NASA, o como si quisiera ser astronauta; pero cuando se ponen en contexto las cosas entendemos mucho más la dimensión de por qué ocurría así. Mi madre estaba en otras temas, era divorciada con cuatro hijos que tenía que mantener y no estaba pensando en llevar al niño a la tele; sin embargo, tampoco me lo prohibió”.
Actualmente, “para toda mi familia es una alegría enorme todo lo que ha ocurrido. Ha sido clara la lección de vida, pues a veces uno no tiene la capacidad de soñar en grande, porque creemos que el entorno donde crecimos es en el que tenemos que continuar y no es así”.
De hecho, desde que Carlos Rivera recibió el Premio de la Juventud en Tlaxcala expresó en su discurso: “No permitas que los miedos de tus padres se vuelvan tuyos; uno se tiene que rebelar. A veces, como dije, en mi última gira titulada Guerra –que además es mi segundo apellido– es un homenaje a mi madre, pero especialmente sostengo que la vida es una guerra y tenemos que luchar porque si no, nos aplasta”.
Durante dicha gira que cerró en la Arena Ciudad de México, “enfaticé que en la guerra de la vida sólo los valientes son recordados; únicamente la gente que se atreve, termina marcando una diferencia. En mi caso, desde niño tengo grandes sueños y me fui en busca de hacerlos realidad. Hoy, a 20 años desde mi primer concurso en la escuela y a 18 de La Academia, es una locura”.
Desde ese reality le prometió a su madre que, si ganaba el concurso, le compraría su casa. “Eso fue lo primero que hice cuando gané hace ya 18 años”, comentó el intérprete de Te me vas.
“No hay consejo más trillado pero real”
La vida, enfatizó Rivera, “me ha dado la fortuna, primero de demostrame a mí mismo que nada es imposible, que los sueños sí se cumplen por más trillado que se escuche y si la gente volviera a creer como lo hace José en el musical” todo sería diferente.
Su sueño de hacer teatro también lo concretó hace unos años con El Rey León, musical que fue un segundo parteaguas en su carrera.
En 2005, firmó contrato con Sony Music y marcó el comienzo de una exitosa carrera en la música. De hecho, mientras preparaba su primer álbum, interpretó Y si tú supieras, tema principal de la película Mar de sueños, la cual fue nominada a la Diosa de Plata por mejor canción de cine.
En 2006 incursionó en teatro con absoluto éxito y los escenarios se convirtieron en otra de sus grandes pasiones. Bésame mucho, Orgasmos, la Comedia y con su tercera obra, se convirtió a los 22 años en el actor más joven del mundo en protagonizar como invitado especial el rol masculino de La Bella y la Bestia, primera gran producción de Disney on Broadway montada en México.
Después siguió Mamma Mía, y en 2011 llegó El Rey León, el musical de Disney donde obtuvo el protagónico de Simba, y sería la primera vez que un artista mexicano encabezaría el elenco de una obra de la marca estadunidense en España, la cual fue exitosa y se le consideró “un mexicano que triunfa en el extranjero”.
En 2015, volvió a protagonizar a Simba, pero en México, con el mismo éxito en taquilla.
“He hecho más de 2 mil funciones de teatro en 15 años de trayectoria, que me han formado y permitido ser el artista que soy; hoy trato de que los proyectos sean inspiradores para las personas que me siguen.”
Carlos Rivera sabe que aunque “fue difícil llegar a donde estoy” y se le cerraron oportunidades, ahora está consciente de que la fama y el ego “no son lo más importante, sino qué es lo que haces con el éxito. Encontré el mensaje positivo, mi misión de vida, de decirle a la gente: los sueños se cumplen y como dice mi frase de mis redes sociales, la cual me repito a mí mismo: Que nadie te diga que no puedes”.
–Entonces, ¿cuál ha sido tu batalla más dura?
–Creo que los primeros seis años de mi carrera, luego de que gané enLa Academia había muchos sueños, ilusiones y esperaba que vinieran muchas oportunidades, porque había promesas, pero al final éstas no se cumplieron. Fueron años en que estuve en la banca, pero encontré un refugio y mi manera de escape en el teatro, que terminó dándome una oportunidad de realización.