La exposición De marchante a marchante: fotografías de los mercados chilangos explora con más de 300 imágenes la historia de estos espacios públicos de gran importancia económica, así como ricos en saberes y relaciones sociales.
“El propósito de la muestra es evidenciar el desarrollo y los cambios que han vivido los mercados de la Ciudad de México durante más de un siglo, espacios que albergan diversas prácticas culturales por las que fueron declarados patrimonio cultural intangible”, se describió en la difusión de la muestra inaugurada el pasado 14 de diciembre en el Museo Archivo de la Fotografía (República de Guatemala 34, Centro Histórico de la Ciudad de México).
Las imágenes en blanco y negro capturadas entre 1928 y 2006 provienen de diversos archivos. Están acompañadas por objetos característicos que habitan cualquier mercado, como bolsas de mandado, canastas, básculas y huacales de madera.
Vanessa Bohórquez, titular de la Secretaría de Cultura capitalina, apuntó en la ceremonia de apertura que “hablar de mercados es hablar de la historia completa de nuestro país”. Se remontó a cinco siglos atrás, cuando en el México antiguo se quemó la gran plaza de Tlatelolco, el centro de comercio más importante de los mexicas, porque “los mercados son nuestra manera de estar en comunión, de entrar en contacto entre todos nosotros”.
Afirmó que la exhibición no sólo representa un increíble ejercicio de investigación y selección de fotografías, litografías e impresiones en vinil de una forma de comercialización por cuya existencia tenemos que luchar, porque abarca la historia de los marchantes y el regateo.
“Hace seis años se declaró a las manifestaciones tradicionales que se realizaban en mercados públicos de la Ciudad de México como patrimonio cultural intangible”, reiteró; entre algunas de las razones enumeró que ahí se conservan formas de expresión cultural con distintivos populares como el concepto de marchante, además de dichos, refranes y proverbios, pregones que emplean los locatarios para atraer compradores; asimismo, en los productos que se ofrecen se preserva el saber de la cocina tradicional y los usos de utensilios ancestrales.
Daniel Humberto Vargas, director del museo, expresó que De marchante a marchante... dialoga con locatarios y consumidores de estos espacios públicos. Detalló que la muestra es posible gracias a diversas colecciones, entre ellas del Archivo Histórico de la Ciudad de México, la Biblioteca Jaime Torres Bodet y el Museo del Objeto del Objeto.
La exposición, que permanecerá hasta el 31 de marzo próximo, marca la celebración por los 15 años del Museo Archivo de la Fotografía, que conlleva la historia del rescate de uno de los inmuebles más importantes de la ciudad.
“Es el resultado de una visión de conservación del patrimonio”, expresó Gabriela Pulido, directora de la Coordinación Nacional de Memoria Histórica y Cultural de México.
Celebró que en este espacio sea posible contemplar imágenes que nos relacionan con la cotidianidad en las urbe, espacios llenos de vida y comunidad. Por otro lado, hay un esfuerzo de conservación que hay que aplaudir.
En la inauguración, que devino en fiesta con pastel y Mañanitas, participaron Jorge Muciño Arias, director de Patrimonio Histórico Artístico y Cultural, así como Juan Gerardo López, director del Archivo Histórico de la Ciudad de México.