Cerca de 240 millones de niños y adolescentes en el mundo viven con una discapacidad, lo que representa uno de cada 10 menores. Un reporte reciente sobre sus condiciones de bienestar, elaborado por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), revela que esta población tiene 51 por ciento más probabilidades de sentirse infeliz y 42 por ciento menos probabilidades de tener conocimientos básicos de lectura, escritura y matemáticas.
Entre los hallazgos centrales del informe, que recopiló datos comparables de 42 naciones en más de 60 indicadores de bienestar infantil, incluyendo nutrición, salud, educación, acceso al agua y saneamiento, protección contra la violencia y la explotación, señala que los menores de edad con discapacidad están en una clara desventaja frente a quienes no la tienen en la mayoría de los factores relacionados con el bienestar infantil.
El informe “Visto, contado, incluido: Usando datos para arrojar luz en el bienestar de niños con discapacidades” revela que, en comparación con niños y adolescentes sin discapacidad, aquellos que la viven padecen 24 por ciento menos posibilidad de recibir atención temprana, tienen 25 por ciento más de probabilidad de sufrir una disminución excesiva de su peso corporal y 33 por ciento más posibilidades de sufrir retraso del crecimiento.
Los menores con discapacidad, prácticamente en cualquier región del mundo, enfrentan múltiples desafíos. Entre ellos, 49 por ciento tendrán menos probabilidades de asistir a la escuela y 41 por ciento más posibilidades de sentirse discriminado. Además, son una población muy diversa, destaca Unicef.
Incluye a niños que nacieron con una condición genética que afecta su salud física, mental o desarrollo social; los que sufrieron una grave lesión, deficiencia nutricional o infección que resultó en consecuencias funcionales a largo plazo, o los expuestos a las toxinas ambientales que generaron retraso en el desarrollo o problemas de aprendizaje, además considera a los niños que desarrollaron ansiedad o depresión como resultado de eventos estresantes.
Por ello, el organismo internacional hizo un llamado a los gobiernos del mundo para que proporcionen igualdad de oportunidades y que se colabore con los menores con discapacidad para eliminar las barreras físicas, de comunicación y de actitud que los mantienen al margen de la sociedad.
Destaca que se deben considerar todos los tipos de discapacidad, dialogar con quienes las enfrentan y garantizar la inscripción de sus nacimientos; su inclusión en los servicios de salud, nutrición y agua; ofrecerles una educación equitativa y el acceso a las tecnologías de asistencia, así como trabajar para erradicar el estigma y la discriminación en todas las comunidades.