La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF), los criterios generales de los programas de formación continua y desarrollo profesional docente, para la valoración de su diseño, operación y resultados en educación básica y media superior, cuya aplicación será obligatoria tanto para la Secretaría de Educación Pública (SEP) como para las autoridades educativas estatales y los organismos descentralizados del sector.
El documento destaca que para impulsar la formación continua y desarrollo profesional de los maestros se deberá tomar en cuenta la “complejidad y especificidad de la práctica docente, los planes y programas de estudio, y la gestión escolar y educativa, así como las características de los estudiantes y los docentes de los tipos educativos básico y medio superior, y los niveles, servicios, modalidades y opciones que los conforman”.
Los criterios generales, que entraron en vigor el pasado 14 de diciembre, también establecen la creación de consejos de formación continua y desarrollo profesional docente en cada estado, a fin de realizar la valoración del diseño, la operación y los resultados de los programas respectivos. Los consejos deberán estar integrados en el primer trimestre de 2022.
Los primeros programas, formulados conforme a los nuevos criterios generales, establece la Mejoredu, “iniciarán su operación en el ciclo escolar 2022-2023, por lo que deberán estar diseñados en su totalidad de manera previa”, es decir, antes de agosto próximo.
Los planes serán diseñados por la Mejoredu, las autoridades de educación básica y media superior, tanto federal como de los estados y los organismos descentralizados, pero también deberán contar con la participación de profesores y otros actores educativos.
El organismo educativo subraya que los programas “serán el eje central del Sistema Integral de Formación, Capacitación y Actualización que establezcan las autoridades educativas en sus respectivos ámbitos de competencia”, pero deberán tomar en cuenta los contextos y realidades, regionales y locales, así como las necesidades educativas y condiciones de vulnerabilidad social.
Otro principio central será privilegiar la escuela como espacio para la formación continua, pues la Mejoredu considera que los procesos de aprendizaje docente se potencian cuando “comparten contextos, situaciones críticas y disruptivas de sus prácticas, así como propósitos y metas comunes, por lo que las escuelas, las zonas escolares, las regiones y las redes de docentes se constituyen como los principales espacios para la formación continua y el fortalecimiento del desarrollo profesional docente”.