En el país, a pesar de que la trata de personas sigue siendo un problema importante, las procuradurías y fiscalías generales estatales, así como la Procuraduría General de la República no cuentan con los albergues suficientes para atender a víctimas, ofendidos y testigos de este delito, pues solamente en dos estados –Guanajuato y Tlaxcala– existen uno, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe.
En cuanto a los refugios especializados, la CNDH indicó que 76 por ciento carecen de espacio así, en tanto, la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas sólo cuenta con uno.
Asimismo, 85 por ciento tampoco tienen casas de medio camino para coadyuvar en la reincorporación social de las víctimas.
En tanto, según cifras de la CNDH reportadas el 8 de diciembre, entre el primero de agosto de 2017 y el 31 de julio de 2021, las autoridades de procuración de justicia identificaron a 3 mil 896 víctimas de trata. En 2020 se registró el mayor número, con mil 72.
La falta de espacios para dar atención especializada ha hecho que algunas fiscalías se apoyen en albergues públicos y privados, a través, por ejemplo, de colaboraciones con los centros de Asistencia Social del Sistema DIF estatales y de los municipios.
Por otra parte, según el Diagnóstico sobre la situación de la trata de personas en México 2021. Procuración e impartición de justicia, de la CNDH, apenas 33 por ciento de las procuradurías, fiscalías estatales y la FGR tienen protocolo especializado para investigar delitos en esta materia y/o atención a víctimas; mientras, en Michoacán, Querétaro, Tabasco y Tlaxcala, no.
Entrevistada al respecto, la directora de la CATWLAC, Teresa Ulloa Ziáurriz, señaló que al carecer de espacios seguros para las víctimas, sobre todo de la delincuencia organizada, se inhibe que quieran denunciar; lamentó que este tema no esté en la agenda pública. Refirió que requieren ser atendidas por personal especializado “que tome en consideración su contexto de vulnerabilidad”.
En los refugios y albergues es necesario que haya médicas, así como sicólogas debidamente capacitadas, que se les facilite comunicación periódica con familiares y que reciban terapias alternativas, entre otras.
También alertó de que la crisis económica desatada por la pandemia colocó en mayor vulnerabilidad a las personas, sobre todo a las mujeres, lo que las hace “presa fácil de ser reclutadas por tratantes”.