Johannesburgo. El arzobispo anglicano Desmond Tutu, un símbolo de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica, galardonado con el Premio Nobel de la Paz, murió el domingo a los 90 años, anunció el presidente, Cyril Ramaphosa.
"El fallecimiento del arzobispo emérito Desmond Tutu es otro capítulo de duelo para nuestra nación que despide a una generación de sudafricanos excepcionales que nos legaron un país liberado", afirmó el mandatario en un comunicado.
"Un hombre de extraordinaria inteligencia, integridad e invencibilidad contra las fuerzas del apartheid, también era tierno y vulnerable en su compasión por aquellos que habían sufrido la opresión, la injusticia y la violencia bajo el apartheid, y por los oprimidos y los opresores de todo el mundo", recordó Ramaphosa.
Tras la llegada de la democracia en 1994, y la elección de su amigo Nelson Mandela como presidente, Desmond Tutu, que dio a Sudáfrica el apelativo de "Nación del Arcoíris", presidió la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR), creada con la esperanza de que pasara la página del odio racial.
El "Arch", diminutivo de arzobispo en inglés, estaba debilitado desde hace varios meses y ya no hablaba en público, pero nunca olvidaba saludar a las cámaras presentes en sus apariciones.
Con su imborrable sonrisa o con una mirada pícara detrás de la mascarilla seguía cautivando las miradas, ya fuera cuando acudió a vacunarse con el Covid-19 o cuando asistió a una ceremonia religiosa para celebrar sus 90 años.
#DíaEnImágenes Sudafricanos colocan flores y dan sus respetos al fallecido arzobispo #DesmondTutu, en Ciudad del Cabo y Johannesburgo.
— La Jornada (@lajornadaonline) December 26, 2021
Activista 'anti-apartheid' y ganador del Premio Nobel de la Paz por la justicia racial y derechos #LGBT, murió hoy a los 90 años
Fotos: Ap / Afp pic.twitter.com/iaESroOgWH
Pérdida "inconmensurable"
La Fundación Mandela reaccionó rápidamente, calificando su partida como una "pérdida inconmensurable".
"Para tantas personas en Sudáfrica y en el mundo entero, su vida fue una bendición", afirmó la fundación que lo calificó como un pensador, un líder y un pastor.
Desmond Tutu adquirió su notoriedad en las horas más oscuras del apartheid cuando, como líder religioso, encabezó marchas pacíficas contra la segregación y para abogar por sanciones contra el régimen de supremacía blanca de Pretoria.
A diferencia de otros militantes de su época, sus hábitos lo salvaron de ser encarcelado y su lucha pacífica fue reconocida con el Premio Nobel de la Paz en 1984.
Fiel a sus compromisos, fue un duro crítico de los sucesivos gobiernos del Congreso Nacional Africano (ANC) que combatieron el apartheid, y fustigó al expresidente Thabo Mbeki, pero también señaló la corrupción o las fallas en la lucha contra el sida.
En todos los ámbitos criticó el 'status quo' en temas como la raza, los derechos de los homosexuales o incluso dio su apoyo al movimiento en favor de la muerte asistida.
Y miró de frente a la muerte.
"Me he preparado para mi muerte y he dejado claro que no quiero ser mantenido vivo a cualquier costo", manifestó en una tribuna publicada en el diario The Washington Post en 2016.
"Espero ser tratado con compasión y que se me permita pasar a la siguiente etapa de la vida de la forma que yo elija", concluyó.