Bangkok. Los restos de al menos 38 de personas, entre ellas mujeres y niños, fueron encontrados en vehículos calcinados ayer en Myanmar, según un responsable rebelde y la organización no gubernamental Save the Children, que acusaron a la junta militar oficial de haberlos matado.
En un comunicado, la ONG detalló que son 38 los cuerpos encontrados hasta el momento, aunque en un primer momento se había hablado de 35 víctimas. Según los testimonios recogidos por la organización, los militares obligaron a las personas a salir de sus vehículos, arrestaron a algunas, mataron a otras y quemaron sus cuerpos.
“Cuando fuimos a explorar la zona esta mañana, encontramos los cadáveres calcinados en dos camiones. Hemos hallado 27 cadáveres”, declaró a la Afp bajo condición de anonimato un responsable de la rebelión opuesta a la junta, las Fuerzas de Defensa del Pueblo.
Otro testigo informó que se habían identificado “27 cráneos” si bien “en el camión había otros cadáveres tan calcinados que no pudimos contarlos”.
Según el observatorio Myanmar Witness, “35 personas, entre ellas mujeres y niños, fueron quemados y asesinados por los militares el 24 de diciembre en el cantón de Hpruso”.
Algunos de los vestigios encontrados junto a los restos hacen sospechar que las víctimas eran lugareños de la zona que estaban huyendo de las tropas de la junta militar, las cuales reforzaron su presencia en la región el viernes. “Ya no son humanos. Sus crímenes son peores que los cometidos por los fascistas”, expresó un líder de la resistencia Fuerza de Defensa del Pueblo, quien pidió anonimato.
Asimismo, la ONG Save the Children advirtió que dos miembros de su personal en Myanmar se encontraban “desaparecidos”, después de que su vehículo fuera atacado e incendiado en la zona.
Por su parte, un portavoz de la junta, Zaw Min Tun, indicó que el viernes estallaron enfrentamientos en esa zona después de que el ejército intentó detener siete coches porque los choferes y ocupantes mostraban conductas “sospechosas”, y señaló que, en ese contexto, habían abatido a varias personas, sin ofrecer más detalles.
La directora ejecutiva de Save the Children, Inger Ashing, después de condenar este ataque como una violación del derecho internacional humanitario, ha indicado que están “horrorizados por la violencia llevada a cabo contra civiles inocentes y personal de asistencia humanitaria”.
En Myanmar, que vive una profunda crisis política desde el golpe de Estado que acabó con el gobierno de Aung San Suu Kyi en febrero, la represión de la junta militar ha dejado más de mil 300 muertos, según grupos defensores de los derechos humanos.