La llegada de la variante ómicron a la Ciudad de México no impidió que miles de personas y familias completas acudieran al Zócalo y caminaran por calles del primer cuadro para asistir a la verbena navideña que comenzó el 16 de diciembre o disfrutar de la iluminación de fin de año.
A las 17: 19 horas una enorme fila desde Madero ya rodeaba la Plaza de la Constitución, hasta la avenida 20 de Noviembre, con la ilusión de la gente para subir con sus hijos a la rueda de la fortuna, al martillo, al carrusel de caballitos o al trenecito.
Cientos no lo lograron, luego de que jóvenes con chaleco color guinda del gobierno capitalino y otros con camisetas del programa Jóvenes Barrio Adentro insistían, con altavoz en mano, en que el servicio había concluido, y daban la opción de hacer otra fila del lado de Palacio Nacional para ingresar al bosque nevado y al tobogán de hielo.
Los jóvenes comentaron que el de ayer fue el día con más asistentes, en el que ingresaron en promedio mil 200 personas cada dos horas, y aunque no hubo incidentes con quienes no pudieron entrar, muchos se molestaron, como un joven de Zapotitla, en Tláhuac, que cargaba a su hijo y se quejaba de que un grupo se metió a la fila.
María del Carmen Reyes, habitante de la colonia Escandón, entró tras cuatro horas de estar formada; mientras esperaba, dijo que junto con su familia decidieron ir al Zócalo “para divertirnos y distraernos un rato”.
Natalia Hernández, procedente de Chimalhuacán, estado de México, afirmó que salieron de casa “para convivir un ratito, porque nos vemos en el desayuno y en la comida, pero siempre es a las prisas; ahorita se trata de convivir, platicar y de que las niñas (sus hijas) conozcan qué es una verbena”.
A diferencia del año pasado, en que desde el 19 de diciembre se declaró el semáforo epidemiológico en rojo, ayer nuevamente se abarrotaron las calles, como en el corredor peatonal.
Procedente de la colonia Martín Carrera, Miguel Ángel acudió con siete integrantes de su familia a la verbena y aunque no alcanzaron a entrar, comentó que probablemente regresen otro día; admitió que había muchos visitantes sin cumplir con las medidas sanitarias a pesar de que continúa la pandemia. “Nos gusta andar en la calle, lamentablemente hay muchos que vienen sin cubrebocas”.