Madrid. Los rescates de migrantes y refugiados realizados en los últimos días por los barcos de varias ONG mantienen a unas 780 personas a la espera de que las autoridades italianas o maltesas autoricen su desembarco final en tierra firme, según las propias organizaciones, que reclaman soluciones cuanto antes.
El barco de rescate Geo Barents, gestionado por Médicos Sin Fronteras (MSF), realizó la madrugada de ayer una nueva operación en aguas del Mediterráneo y ya tiene a bordo a más de 450 migrantes y refugiados, por lo que espera un puerto seguro donde poder desembarcar.
En concreto, los equipos de MSF localizaron a 76 personas en peligro en una embarcación inflable. Con ellas, ya son 458 las personas rescatadas que están a bordo del Geo Barents, después de completar cinco operaciones en los últimos días.
También solicitó un puerto seguro el Ocean Viking, de Sos Mediterranée, que lamentó que 114 migrantes llevan más de una semana a bordo, “con signos de agotamiento y ansiedad”.
El mensaje se repite en el caso de la organización Sea Eye, que espera igualmente destino para los 216 migrantes y refugiados rescatados por el Sea Eye 4. La Guardia Costera de Italia ya ha tenido que evacuar a varias personas de este barco por su delicado estado de salud.
La falta de un mecanismo de desembarco consensuado entre los países de la Unión Europea obliga a pactar caso por caso los atraques en puerto de este tipo de barcos, lo que suele demorar varios días los desembarcos y contribuye a aumentar la incertidumbre.
Más de mil 500 personas han perdido la vida este año intentando alcanzar las costas del sur de Europa a través del Mediterráneo, que conecta básicamente Libia con Italia, según un balance provisional de la Organización Internacional para las Migraciones. Sólo la semana pasada perdieron la vida más de 160 migrantes en las costas libias.