Cuautitlán Izcalli, Méx., Después de que pasa por la caseta de Tepotzotlán de la autopista México-Querétaro, Martín se encomienda a Dios y comienza a rezar para no sufrir otro ataque de la delincuencia. Ha sido víctima de asaltos en seis ocasiones. Aún recuerda lo que le gritaba uno de los criminales: “¡Pásate para el camarote! ¡No la hagas de pedo, cabrón! ¡Rápido o te doy un pinche balazo!”, narra.
Dueño de varios tractocamiones, Martín relata que regresaba al estado de México cuando cerca de La Quebrada los tres ocupantes de una camioneta le cerraron el paso; de inmediato uno de ellos subió a la cabina y lo encañonó.
“Me llevaban con la pistola en la cabeza. Alguien arrancó la unidad y supe que estaba en la autopista Lechería-Chamapa, porque ahí me pasaron a una camioneta y se llevaron el tractocamión; ahí me dejaron con el de la camioneta.
“Me traían haciendo tiempo y después me bajó uno y me dijo: ‘Órale, a chingar a su madre’. Me abandonaron en la autopista. Encontramos en seguida la caja. Se llevaron la cabeza del tractocamión; iban por el tractor”, narra.
Refiere que sus vehículos sí tienen dispositivo de seguridad, “pero en el momento en que la delincuencia nos atrapa, lo desactivan con un inhibidor que conectan donde va el encendedor de los cigarros y ahí comienza la operación para llevarse la unidad”.
Martín comenta que la delincuencia roba principalmente productos no perecederos, como línea blanca y aparatos electrónicos, aunque en una ocasión lo despojaron de un cargamento de galletas que llevaba a Tijuana y la pérdida fue de entre 250 mil y 300 mil pesos de la caja y entre 400 mil y 500 mil en mercancía.
“A veces siento que las autoridades están con ellos, pues cuando sucede un asalto no están ellos. Estamos solos en las carreteras. En momentos como El Buen Fin hay más asaltos porque los ladrones saben que traemos de todo y se mueve más producto”.
Agrega: “Ahora la situación es de mayor riesgo, pues antes sólo se llevaban la mercancía; ahora también se llevan los vehículos de carga y los desvalijan. No podemos tener una persona que nos ande cuidando a cada uno, pero nos damos cuenta de que pasa la rata que acaba de asaltar y la autoridad no le hace nada”.
El robo al autotransporte, explica, es regional. Las carreteras y autopistas más inseguras son las de los estados de México, Guanajuato, Puebla, Veracruz, Tabasco. La 57, la México-Querétaro, “es peligrosísima. Desde Tepotzotlán pasando la caseta comienza la inseguridad, y a rezar, pues la (policía) federal cuida sólo que no pase uno sin pagar peaje. Cuidan el negocio”.
