En la entrega anterior sugeríamos que la consulta para la revocación de mandato quedara en manos de la gente. Aunque no se haya tomado de aquí, la idea no le pareció tan mala al presidente Andrés Manuel López Obrador; es más, ya hay quienes estarían dispuestos a organizar el sondeo sin la participación del Instituto Nacional Electoral.
La consulta en manos de la gente nos haría recordar, por ejemplo, que la institución electoral nació a partir de los abusos, la parcialidad y el atropello a los que fueron sometidos los derechos ciudadanos en el periodo neoliberal a fin de mantener el modelo de gobierno en el poder.
Pero la sorpresa fue que el organismo no se creó para impedir las arbitrariedades, sino para tener un respaldo “ciudadano” que diera legitimidad al atropello. Simular era la consigna.
Entonces, como la vida política del país estaba invadida de truhanes y delincuentes, la voz del INE, controlada en buena parte por los mismos partidos, se convirtió en el sonido de la flauta que se debería seguir sin protesta y con complicidad total.
La tarea ya no se limitaba a organizar elecciones y contar votos, pero sí a disponer de algunas partes importantes de la vida política del país: el oráculo.
La institución no tardó en crear un tejido burocrático muy costoso, abultado en privilegios y cada vez más lejano a la idea de cumplir con el trabajo, principalmente técnico, para el que fue creado.
Pero los tiempos políticos y el afán por crear apariencias hicieron brotar el leviatán que hoy busca, como en el pasado reciente, creer que desde el organismo se pueden dictar las formas, que no leyes, para conducir la política del país.
Y qué mejor prueba de esto, el juego de la simulación, que la noticia dada ayer mismo en la Cámara de Diputados, en la que se asegura que en el Presupuesto de Egresos de la Federación sí se incluyeron los recursos para organizar la consulta para la revocación de mandato.
Además, los diputados reclaman que el INE, en su pretensión de congelar la consulta bajo el falso pretexto de carecer de fondos, pretende invadir atribuciones que en materia presupuestaria sólo corresponden al Poder Legislativo.
esto se suma a los reclamos contra el INE hechos por diferentes partidos en la Suprema Corte de Justicia de la Nación y en el Tribunal Electoral. Las respuestas de esas dos instancias dejarán una huella profunda en la vida política del país, así que la responsabilidad es grande.
Aunque a decir verdad, una decisión que impidiera la consulta y diera al INE la razón abriría las puertas para demostrar, como decíamos en la columna anterior, que la entidad electoral no es necesaria cuando las cosas se hacen bien.
En pocas palabras, poner sobre la mesa la inutilidad del organismo burocrático tal vez no le haga bien a nadie. Eso sí, requerirá de un análisis muy a fondo y lo más pronto posible para saber qué se debe hacer con el INE, porque como alguien dijo: “Ahora ya no es lo mismo, las cosas han cambiado”.
De pasadita
Vaya lío en el que se metió el alcalde en Miguel Hidalgo y la señora Alessandra Rojo de la Vega, y no tanto por los asuntos personales que se dirimen entre ellos y sus familias, sino porque según los rumores, cada vez más abiertos, ella está casada con Emannuel Gray, hijastro de Guillermo Friedman, propietario de algunos table dance y a quien se involucra en la trata de personas, aunque no se sabe de ninguna acción penal en su contra, pero esto viene al caso porque la señora Rojo de la Vega se ha identificado como una defensora del feminismo. Aguas.