Emplazadas las baterías partidistas y legislativas de la llamada Cuarta Transformación contra los seis consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) que aprobaron pausar a partir de enero los principales aspectos procesales del ejercicio de revocación de mandato, el propio Presidente de la República ha aceptado la posibilidad de que en lugar del acto constitucional estricto se pudiera realizar una especie de “consulta” organizada por el “pueblo”.
A la espera de lo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación responda sobre el tema, lo cierto es que como salida política puede analizarse alguna acción ajena a las formalidades y consecuencias del caso, pero nada puede sustituir el muy delicado acto formal de decidir la eventual revocación de un presidente de la República.
Lo que la Constitución señala como derecho es un ejercicio especial, similar en cuanto a formalidades al que le da origen, la elección presidencial (o de gobernadores), y no es equiparable a las consultas ciudadanas autorizadas en la Carta Magna, mucho menos a “consultas” de realización informal.
A menos que se diera algún acuerdo político, lo cual se vislumbra difícil, las partes contendientes deben esperar la resolución del litigio ya planteado ante la Corte. No hay opción para fórmulas sustitutivas o adelgazadas: el ejercicio constitucional de revocación de mandato es único, con reglas obligatorias.
El 26 de noviembre del año en curso, el autor de estas líneas tuiteó lo siguiente: “Un pajarito que vuela por el rumbo del Zócalo de la Ciudad de México me asegura que el plumaje laboral y político de Santiago Nieto seguirá siendo guinda y de ninguna manera naranja. Lo de Monterrey fue una circunstancia de acompañamiento conyugal, que seguirá sucediendo de manera natural” (https://bit.ly/3ehzKh4).
La recurrencia astillada a una figura avícola se produjo luego de que el ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público había reaparecido en Monterrey en un acto público presidido por el gobernador de Nuevo León, Samuel García, todo en un contexto donde el color dominante era el naranja, correspondiente al partido Movimiento Ciudadano aunque, en esa ocasión, una cromática referida al Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
En esa ocasión, Nieto Castillo acompañó a su esposa, Carlota Humphrey, consejera del INE, quien había sido invitada al acto de Monterrey. Pero, siendo la primera vez en que se asomaba a una reunión abierta, luego de su ruidosa salida de la UIF a causa de incidentes relacionados con su boda en Guatemala, eran naturales la expectativa periodística y las especulaciones del caso.
Sin embargo, en noviembre el pajarito antes aludido aseguró a este tecleador que se mantenía la comunicación política con Nieto Castillo, quien estaría en espera de una nueva responsabilidad marca 4T. Ayer, el abogado queretano publicó en su cuenta de Twitter una fotografía de talante amistoso, y podría decirse que hasta restaurador, con Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación que posa su mano izquierda en el hombro del ex funcionario cuasi pródigo.
En el tuit mencionado, señaló Santiago que ya antes había sostenido otra reunión privada con el tabasqueño de Bucareli y dejó un no tan enigmático mensaje: “Seguimos en la construcción del proyecto para transformar al país”. ¿A cuál cargo o encargo irá ahora Nieto Castillo, con el plumaje íntegramente guinda y sin toque naranja alguno? (Por cierto, Dante Delgado difícilmente abriría las puertas al ex titular de la UIF, pues éste, cuando estaba al frente de la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales solicitó una orden de aprehensión contra el citado Dante, según el mismo pajarito citado).
Y, mientras un tecleador astillado se alista para dejar descansar a los lectores durante dos semanas, del 27 de este mes al 10 de enero del año en puerta, ¡hasta mañana!
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