El regulador medioambiental de Portugal determinará el próximo año si este país cuenta con la mayor reserva de litio de Europa, uno de los ingredientes claves en la carrera global para la electrificación de la industria automotriz.
Junto al níquel y al cobalto, el litio es una preciada materia prima, imprescindible en la producción de baterías eléctricas para vehículos.
Su demanda está en auge mientras los fabricantes tratan de producir flotas de bajas emisiones y los gobiernos procuran acabar con los vehículos impulsados por combustión fósil en medio de la batalla contra el cambio climático.
La Agencia Internacional de la Energía estima que la demanda por este recurso aumentará 42 por ciento entre 2020 y 2040, en parte estimulada por el esfuerzo de electrificación de la industria del automóvil. Pero las minas de litio se ubican principalmente en Australia y Sudamérica y es China quien controla la cadena de distribución, por lo que los yacimientos portugueses serían una oportunidad para poder reducir la dependencia europea.