Madrid. Imágenes del satélite Landsat, de la NASA, han revelado la magnitud de los cambios experimentados en el humanizado paisaje del oeste de la Isla de La Palma, luego de tres meses de la erupción volcánica.
Antes de que Cumbre Vieja se abriera el 19 de septiembre, el flanco occidental de La Palma estaba salpicado de casas, caminos, piscinas y cultivos. Después de que los flujos de lava de movimiento lento se abrieran paso por el pequeño pico volcánico en las Islas Canarias durante meses, partes de la isla ahora parecen más un paisaje lunar que un paraíso tropical.
El Operational Land Imager (OLI) en Landsat 8 captó este par de imágenes en color natural que muestran lo drásticamente que han cambiado las áreas de Todoque y El Paraíso.
La primera imagen (https://eoimages.gsfc.nasa.gov/images/ imagerecords/149000/14...) fue captada el 21 de mayo; la segunda (https://eoimages.gsfc.nasa.gov/images/ imagerecords/149000/14...) muestra la misma área el 15 de diciembre de 2021. Las casas aparecen como pequeños rectángulos blancos; muchos de éstos y de grises más grandes son invernaderos que se utilizan para cultivar plátanos. Los restos oscuros de un flujo de lava de una erupción de 1949 atraviesan el tercio inferior de ambas imágenes.
Los lentos flujos de lava han causado enormes daños a hogares, infraestructura y tierras de cultivo. Algunas áreas que no fueron invadidas directamente por lava han sido cubiertas de ceniza. Según una actualización de mediados de diciembre del Servicio de Gestión de Emergencias de Copernicus, la erupción ha destruido al menos mil 600 edificios. La lava ha consumido al menos 12 kilómetros cuadrados de tierra, incluidos alrededor de 4 kilómetros cuadrados de cultivos. Las estimaciones iniciales dicen que la erupción ha causado al menos 550 a 700 millones de euros en daños, informó el Observatorio de la Tierra de la NASA.
Después de tres meses de vigorosos flujos de lava y actividad explosiva, hay indicios de que la erupción podría estar terminando. El 14 de diciembre, los geólogos del Instituto de Vulcanología de Canarias detectaron un fuerte descenso en la actividad sísmica. La actividad explosiva, las emisiones de dióxido de azufre y los flujos de lava también disminuyeron; 10 días de inactividad supondrá el fin de esta erupción, según los científicos.