Washington. Científicos anunciaron ayer el descubrimiento de un embrión de dinosaurio perfectamente conservado, que data al menos de hace 66 millones de años y que estaba preparándose para salir de su huevo.
El fósil fue descubierto en Ganzhou, en el sur de China, y pertenece a un dinosaurio terópodo sin dentadura, u ovirraptosaurio, que los investigadores bautizaron como “bebé Yingliang”.
“Es uno de los mejores embriones de dinosaurios jamás encontrados”, señaló Fion Waisum Ma, investigadora de la Universidad de Birmingham y coautora del trabajo, publicado en la revista iScience.
Ma y sus colegas encontraron al embrión con la cabeza colocada por debajo de su cuerpo, con los pies a ambos lados y con la espalda encorvada, una postura que no había sido observada antes en dinosaurios pero similar a la de las aves modernas.
En los pájaros, ese comportamiento es controlado por el sistema nervioso central y se le llama plegamiento. Los pollos que se preparan a salir del huevo colocan la cabeza debajo del ala derecha para mantenerla estable mientras rompen el cascarón con el pico.
Los embriones que no logran esta posición tienen más probabilidad de morir por una eclosión fallida.
“Esto indica que tal comportamiento en las aves modernas primero evolucionó entre sus ancestros dinosaurios”, destacó Ma.
Una alternativa a ese plegamiento podría ser algo similar a lo que hacen los cocodrilos modernos, que toman una posición como si estuvieran sentados con la cabeza inclinada hacia el pecho para eclosionar.
Especie emplumada
Los ovirraptorosaurios, o largatos ladrones de huevos, eran dinosaurios emplumados que vivían en lo que ahora es Asia y Norteamérica durante el periodo Cretácico Superior.
Tenían varios tipos de picos y dietas, y su tamaño iba desde el de un pavo moderno al del enorme gigantorraptor, de ocho metros de largo.
El bebé Yingliang mide unos 27 centímetros de largo desde la cabeza a la cola y se encuentra dentro de un huevo de 17 centímetros en el Museo de Historia Natural de Piedra Yingliang.
Los investigadores creen que la criatura es de hace 66 a 72 millones de años, y probablemente pudo preservarse al quedar el huevo enterrado como consecuencia de un alud, lo que lo protegió de los carroñeros por tanto tiempo.
Habría crecido hasta los dos o tres metros de largo de haber llegado a ser adulto, y probablemente se habría alimentado de plantas.
El ejemplar es uno de varios fósiles de huevos que quedaron olvidados en un depósito durante décadas.
El equipo de investigación sospechó que podrían contener dinosaurios no nacidos y raspó parte del huevo para descubrir el embrión dentro.
“Este embrión de dinosaurio dentro de este huevo es uno de los más bellos fósiles que jamás haya visto”, expresó en un comunicado Steve Brusatte, profesor de la Universidad de Edimburgo y parte del equipo de investigación.
“Este pequeño dinosaurio en su estado prenatal se asemeja mucho a un ave bebé encorvada en su huevo, lo que aporta más evidencia de que muchas de las características de las aves actuales evolucionaron de sus ancestros dinosaurios”, siguió.
El equipo espera estudiar al Yingliang con más detalle a través de avanzadas técnicas de escaneo, para mapear todo su esqueleto, incluidos los huesos del cráneo, porque parte de su cuerpo aún está cubierto por roca.