México se ha convertido en una opción para la migración y el refugio, y podría cerrar el año como el tercero o segundo país con más solicitudes de asilo. Por ello, debe jugar un papel central en la atención al fenómeno, consideró el representante en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Giovanni Lepri.
Sin embargo, planteó, enfrenta varias presiones ligadas al fenómeno. Dos son: la de sur a norte, con cada vez más altos flujos migratorios, y la del norte hacia el sur, con las políticas de Estados Unidos en la materia implementadas desde el gobierno anterior y que siguen vigentes.
De acuerdo con datos del organismo, al primer semestre de este año, México ocupaba el tercer lugar del mundo con más solicitudes de asilo, sólo después de Estados Unidos y Alemania.
En un encuentro con medios de comunicación, Lepri estimó que el país podría cerrar 2021 con más de 130 mil trámites de asilo, la cifra más alta de la historia, y ese número, de acuerdo con las tendencias, podría colocarlo como el segundo con más peticiones, rebasando a Alemania. Aunque aún falta analizar la situación de esa nación europea para fin de año.
Un reporte de tendencias de asilo en el mundo elaborado por el Acnur indica que hasta el primer semestre de este año se habían presentado a escala global 555 mil 400 peticiones, de éstas, 72 mil 900 se aplicaron en Estados Unidos, 58 mil 900 en Alemania, 51 mil 700 en México, 46 mil 200 en la República Democrática del Congo y 36 mil 500 en Francia.
Aquí, el número de solicitudes de refugio creció a 123 mil 187 hasta noviembre, y aún falta contabilizar las de este mes. De ahí que Lepri calculara que podría ubicarse en la posición dos a escala global.
Agregó que por su ubicación geopolítica, México “tiene una posición muy particular” en cuando a migración y asilo se refiere, cuyos flujos “son mixtos”, pues hay quienes sólo desean transitar por el país para llegar a Estados Unidos y otros más ven en suelo mexicano opciones para una segunda oportunidad. En ese sentido enfrenta varias presiones relacionadas con el fenómeno con las estrategias de Estados Unidos y la reactivación de políticas iniciadas en el gobierno de Donald Trump.