El Sistema de Apoyo a la Creación y a Proyectos Culturales (SACPC, antes Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, Fonca) seguirá existiendo y tiene garantizados 600 millones de pesos para sus próximas convocatorias, asegura Alejandra Frausto, titular de la Secretaría de Cultura (SC) federal.
Al preguntarle sobre la preocupación de integrantes del sector cultural por la posible desaparición del sistema, la funcionaria responde que a los 110 millones de pesos destinados a ese rubro en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2022 se le agregarán recursos provenientes de una bolsa general que está en el sector central de la SC.
La funcionaria señala en entrevista con La Jornada que “no por cambiar un mecanismo o extinguir un fideicomiso se puso en juego el apoyo a la cultura o se iba a desmembrar; al contrario, estamos hablando de cerca de mil millones de pesos que se pondrán para garantizar la vida cultural, la reactivación de los espacios y la posibilidad de programar” distintos proyectos artísticos.
Esta situación incluye a multitud de espacios culturales, “o sea que pueden participar desde una feria connotada del libro o un festival de cine, hasta la Fundación Poniatowska o la Casa de Cultura de Tingambato”.
Adelanta que se van a presentar “convocatorias que se han ido perfeccionando para ser cada vez más sencillas las reglas con una fuerte posibilidad de activación cultural, transparencia y revisión de cuentas”.
Compromiso pleno
–¿Hay compromiso de la Secretaría de Cultura y el gobierno federal de que el SACPC continuará?
–Así es. Cien por ciento. Hay un compromiso pleno, así como ha continuado. Si se hubieran parado las becas, yo no estaría aquí. Esto fue un compromiso que hicimos. Cuando se cambió el fideicomiso a un programa de la secretaría se logró que de entrada existiera. En los presupuestos anteriores, el Fonca nunca aparecía, porque no existía ni siquiera jurídicamente.
En torno al tema de la defensa del patrimonio arqueológico de México, que ha cobrado relevancia en este año con la oposición a subastas internacionales, Alejandra Frausto sostiene que era necesario romper el silencio y que se hiciera clara la postura de México a escala internacional.
Esta posición es: “Nuestras raíces, las culturas de las que provenimos tienen herederos vivos y somos parte de una civilización que está viva, y necesitamos estar en contacto con los elementos que conforman nuestra identidad, que no está a la venta”.
Hace hincapié en que “si las casas de subasta tuvieran la sensibilidad de reconocer el patrimonio cultural, de repatriar a través de los canales posibles, serían recibidos aquí como héroes, pero están en una lógica comercial”.
Frausto menciona que en la presente administración trabajan por “recobrar parte de esta memoria” mediante el trabajo de la Secretaría de Relaciones Exteriores y las representaciones diplomáticas mexicanas, sobre todo en Europa, así como la firma del convenio Unidroit, relativo a la posibilidad de reclamar patrimonio que no solamente estuviera en una lista”.
Más de 5 mil piezas devueltas
Explica que el que las piezas prehispánicas aparezcan en una casa de subastas no las legitima; “si bien es un acto legal en otro país, no es un acto ético. Aunque en la subastas de Christie’s no tuvimos muy buena suerte, porque se vendió mucho, hubo otras rematadoras que decidieron retirar piezas mexicanas o vendieron mucho menos”.
Lo cual es fruto de conscientizar a los posibles compradores, “porque tal vez ni siquiera saben que esto ofende a una nación, un pueblo o las identidades de otro país. Nos pusimos como reto recuperar lo más posible. Llevamos 5 mil 800 piezas repatriadas desde que entramos en esta administración, y esto que es algo que seguiremos haciendo”.
En torno al trabajo para prevenir el tráfico desde el país, la funcionaria destaca la “gran labor que se ha hecho desde el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y las unidades regionales de Culturas Populares, para que cuando se encuentra patrimonio en el país haya posibilidades de registrarlo ante el instituto y, en muchos casos, integrarlo a museos comunitarios para que no se desprenda de la identidad de su comunidad”.
En el área jurídica del INAH, añade Frausto, existe la posibilidad de registrar las piezas de patrimonio arqueológico y de que quienes lo hagan tengan la custodia. Enfatiza que al realizar este proceso se evita el tráfico, y adelanta que la SC iniciará una campaña de difusión sobre este tema.