Ciudad de México. El loro nuca amarilla que reside al sur de Oaxaca pasó de estar en peligro a peligro crítico de extinción, de acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) que maneja la lista roja de las especies silvestres. Su población ha caído en 90 por ciento y ha sido saqueada por el tráfico ilegal para el comercio de mascotas y por la destrucción de su hábitat: 79 por ciento de su área de distribución original ha desaparecido, indica Defenders of Wildlife de México.
A este loro se le encuentra en bosques de manglar y bosques tropicales caducifolios en las Reservas de la Biosfera La Encrucijada y La Sepultura en Chiapas, sin embargo, su área de ocupación se sigue reduciendo y las amenazas directas, como la captura ilegal, aún ocurren desde México hasta Costa Rica, indicó Juan Carlos Cantú, director de programas de la organización.
En nuestro país, el loro de nuca amarilla está clasificado como en peligro de extinción en la norma 059, que integra las especies bajo algún tipo de protección o en riesgo de extinción. Cantú recordó que en un estudio en 2020 en Chiapas, llevado a cabo en las zonas de descanso de la especie, se contabilizaron menos de 400 ejemplares.
“El loro nuca amarilla es la especie de psitácido (loros y guacamayas) en mayor peligro de extinción en México, ya que tiene el menor número de individuos silvestres que cualquiera de las 22 especies de psitácido del país. Si no se detiene su saqueo ilegal, podría desaparecer en el corto plazo”, alertó.
Apuntó que desde 1982 se prohibió su captura para el comercio de mascotas y en 2008 la de cualquier tipo de loro y guacamaya, pero la especie continúa siendo capturada ilegalmente por la creencia de que aprende a hablar fácilmente.
“Comprar un loro de nuca amarilla de manera ilegal no sólo afecta a la especie, sino también a las comunidades rurales que están haciendo un esfuerzo por conservar al loro a través del aviturismo. Los traficantes le están robando a las comunidades su patrimonio natural”, dijo por su parte María Elena Sánchez, presidenta de Teyeliz.
La única forma de salvar a esta especie de la extinción es que las personas dejen de comprar loros ilegales, porque mientras exista una demanda existirá una oferta por parte de los traficantes. Es necesario que las personas se unan a la nueva tendencia en México de salir a observar loros en vida libre y así apoyar a las comunidades rurales que a su vez protegen a las especies y su hábitat, señalaron.