Ciudad de México. Los Pueblos Mágicos representan una alternativa para el desarrollo del turismo y a su vez, posicionan y fortalecen la imagen de México a nivel mundial, subraya el especialista en el sector Daniel Madariaga.
Aunque México es conocido por sus ruinas arqueológicas y playas de ensueño, destaca el experto en el sector, la consolidación del programa Pueblos Mágicos en 2001 ha generado un circuito de desarrollo turístico en ciudades pequeñas que ha permitido la diversificación del turismo cultural, el desarrollo de sitios no tradicionales, así como el aprovechamiento de los enormes atributos de los destinos del país.
En ese sentido, Daniel Madariaga señala que México se distingue en el mundo por su magia y riqueza cultural, razones por las cuales este proyecto ha buscado a través de los años promover las distintas festividades y tradiciones de los Pueblos Mágicos.
“Los Pueblos Mágicos ofrecen a los visitantes grandes oportunidades de turismo recreativo, religioso, cultural, de negocios, gastronómico y ecológico, que fortalecen la imagen del país en el mundo e invita a los visitantes a descubrir una cultura rica, con atributos simbólicos únicos, historias auténticas, hechos trascendentales y cotidianidad”, describe Daniel Madariaga.
De esta manera, los Pueblos Mágicos impulsan el progreso en el país debido a que potencializan la actividad turística, con ello el aumento del número de visitantes y la inversión pública, lo que supone mayores posibilidades de desarrollo para las localidades con el nombramiento.
A nivel local, dice el también empresario, el estímulo de este programa ha evitado la sobre concentración de esfuerzos y riesgos en un sólo segmento.
“Impulsar el turismo nacional e internacional en pequeñas localidades y fomentar el turismo carretero, ha permitido también el crecimiento de micro, pequeñas y medianas empresas del sector, las cuales contribuyen con la generación del 70% de empleos y 25% del PIB, así como incentivado la inversión de grandes empresarios”, dice Daniel Madariaga.
Ha sido tanto el desarrollo de la economía y la industria turística a partir del proyecto Pueblos Mágicos, que incluso el Banco Interamericano de Desarrollo lo catalogó como uno de los programas gubernamentales mexicanos más importantes para generar crecimiento en el mercado turístico interno.
En ese sentido, dice Madariaga, los resultados provienen de la estrategia por crear destinos competitivos que satisfacen la demanda y logran mantener un flujo de comunicación y colaboración entre los diferentes actores que intervienen en el destino.
“Tal como lo establecen instancias internacionales como el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la propia Organización Mundial del Turismo (OMT), una de las políticas que debe ser considerada al impulsar un programa de turismo sostenible es justamente el control local. Por lo tanto, implicar y habilitar a las comunidades locales en la planificación y en la toma de decisiones sobre la gestión y el desarrollo futuro del turismo en su entorno, ha sido parte del éxito de este proyecto”.
Y finaliza: “Las comunidades locales se han involucrado tanto en la planificación o gestión de sus destinos turísticos, que esa cercanía puede sentirse en cada Pueblo Mágico de México. De ahí que no sólo se visiten para conocer sus tradiciones y manifestaciones culturales, sino para reproducir esa sensación de bienestar”.