En los primeros meses de la pandemia de Covid-19 (entre enero y agosto de 2020) México se convirtió en el principal destino continental de los desechos plásticos de Estados, cuyas exportaciones crecieron 135 por ciento respecto de 2019, indica un estudio de Alianza Global por Alternativas a la Incineración (GAIA, por sus siglas en Inglés).
Refiere que al país llegaron 32 mil 650 toneladas de las 44 mil 173 que ingresaron a la región. El envío diario de esos materiales por parte de Estados Unidos equivale a unos 35 contenedores, indica el estudio La basura plástica llegó a América Latina: tendencias y retos en la región. Son 15 países los destinos de esos residuos, como El Salvador, que recibió 4 mil tonelada; Ecuador, 3 mil 665 y Guatemala mil 438.
En enero pasado entró en vigor la enmienda de plásticos del Convenio de Basilea, con el que se busca regular los movimientos transfronterizos de dichos materiales en calidad de desecho. En México se considera que la incineración y la quema de residuos peligrosos en hornos cementeros es reciclaje y economía circular.
El estudio alude que en el país, organizaciones ambientalistas exigen la aplicación del Convenio de Basilea para las importaciones de plásticos provenientes de todo el mundo, incluido Estados Unidos, pero el fin es llegar a una prohibición total de este tipo de importaciones, ya sean como destino final o tránsito. “Debido a que su vecino del norte no es parte firmante del Convenio de Basilea, sólo podrán exportar los residuos clasificados como plásticos no halogenados, limpios, separados y destinados al reciclaje ambientalmente racional”.
El documento advierte que la región es un confinamiento emergente de la basura plástica mundial, luego de que China detuviera en 2018 ese tipo de importaciones para proteger su territorio de la contaminación. “A escala mundial, existe una creciente preocupación sobre el envío de residuos plásticos desde potencias como Estados Unidos, el mayor exportador de dichos materiales, hacia naciones con débiles legislaciones y controles”.
A pesar de la normatividad en varios países, refiere el análisis, “se desconoce el estado en que ingresan, a través de puertos y fronteras, miles de toneladas plásticas cuyo principal origen es Estados Unidos”. Actualmente, el comercio de basura plástica se realiza mediante partidas, subpartidas y fracciones arancelarias amplias y ambiguas, que no permiten el seguimiento de estos materiales hasta su uso final, señaló.
GAIA alertó que “estamos ante un peligro inminente de contaminación de la naturaleza y vulneración de los derechos de las comunidades de vivir en un ambiente seguro para su salud y la de sus territorios”.