La sinuosa ruta del voto latino en Estados Unidos es una prueba más del error de encasillar a cualquier grupo social en los cánones tradicionales de su comportamiento y predilección política. Desde la lucha en 1994 contra de la propuesta 187, mediante la que Pete Wilson, gobernador republicano de California, planteó negar a los inmigrantes indocumentados servicios sociales, médicos y educación pública, los latinos, particularmente los de origen mexicano, organizaron un gran movimiento de repudio a los republicanos. En las subsecuentes elecciones votaron mayoritariamente por los demócratas. En 2007, en un panel sobre las preferencias del voto latino, la directora de Política del Estado del Concilio de la Raza comentó: “La mayoría de los latinos votan por los demócratas y se identifican como demócratas, pero están sucediendo cambios”. En el mismo evento otro panelista advirtió que “en las elecciones, los candidatos no deben pasar por alto las demandas de los latinos a riesgo de perder su voto”. El tiempo les concedió alguna razón.
Se creyó que la tendencia de favorecer a los demócratas sería irreversible. Sin embargo, se ha deslizado paulatinamente hacia la causa republicana, de manera más notoria en las dos últimas elecciones. Tal vez la demostración más dramática fue en la última: 34 por ciento de los latinos votaron por Trump. Las causas de ese cambio son múltiples y diversos estudiosos del tema han tratado de esclarecerlo. La Institución Brookings ha elaborado estudios sobre el tema desde hace algunos años. El más reciente (2020) establece algunas premisas que pueden explicar esos cambios. Una de ellas es que en la medida que la población ha envejecido, es más educada y étnicamente más diversa. Es de esperarse que en las próximas décadas esos cambios influirán en la conducta política de la población en general y desde luego en la de los latinos.
Una de las virtudes del estudio es que pone de manifiesto las diversas variables que se alejan de una interpretación monolítica y tradicional de la conducta política de los latinos, como su rechazo al aborto, la educación liberal o la intervención del Estado. Es difícil llegar a una conclusión definitiva, debido a que ese sector de la población también se ha diversificado al igual que el resto de la sociedad y, en esa medida, actúa en sincronía con ella. Es oportuno conocer el reporte, ya que ofrece diversos escenarios sobre la forma en que esos cambios afectaron la elección de 2020 y posiblemente afectarán las siguientes.