Santiago. Un total de 15 millones 30 mil 974 personas están habilitadas para votar este domingo, en segunda vuelta, para elegir al próximo presidente de Chile para el periodo 2022-2026 entre dos candidatos con visiones de país diferentes: Gabriel Boric, de la alianza de izquierda Apruebo Dignidad, y José Antonio Kast, del ultraderechista Frente Social Cristiano.
Los 46 mil 888 centros de votación habilitados por el Servicio Electoral (Servel) abrirán en todo el país a las 8 de la mañana y cerrarán a las 18 horas tiempo local; se prevé que las primeras proyecciones de la contienda sean difundidas en la noche.
El ministro del Interior, Rodrigo Delgado, explicó que el ejército, la fuerza aérea y la armada desplegarán un total de 22 mil 460 funcionarios para fiscalización y control de orden, mientras Carabineros movilizará 20 mil efectivos.
Ambos llegan a esta contienda tras haber moderado sus proyectos de gobierno con respecto a la primera vuelta, celebrada el 21 de noviembre, en busca de ampliar su espectro de apoyos, pero sin renunciar a las bases, varias de ellas apegadas a un carácter ideológico.
En esa ronda, Kast se impuso de manera parcial con 27.9 por ciento de la intención del voto y Boric obtuvo 25.8.
Ahora el candidato de izquierda lidera los sondeos en la mayoría de esas encuestas, aunque con un escaso margen, alejándose de los empates técnicos señalados por los líderes de opinión en esta semana.
Tan sólo dos nuevos sondeos vistos ayer por la agencia de noticias Reuters lo colocan como el puntero de la contienda, pese a que la ley electoral chilena prohíbe la publicación de encuestas sobre intención de voto en las dos semanas previas a los comicios.
La consultora Atlas Intel reporta que, con una muestra de 4 mil 62 casos, 51 por ciento de los encuestados votaría por el aspirante más joven al Palacio de La Moneda. El estudio tendría margen de error de uno por ciento.
La firma Cadem señala que 55 de cada 100 encuestados votaría por Apruebo Dignidad frente a 45 que lo haría por Kast. Este estudio contaría con margen de error de más o menos 3.1 por ciento.
Chile dejó atrás su imagen de estabilidad en América Latina hace dos años, cuando estallaron unas masivas protestas ciudadanas en reclamo de mejores condiciones de vida y un cambio hacia lo social del sistema económico neoliberal establecido por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Boric ha hecho suyas muchas de las demandas de quienes tomaron las calles, incluyéndolas en su programa. Propone subir impuestos a los ricos, poner las bases de un sistema de seguridad social, aumentar el salario mínimo, y reducir la jornada laboral a 40 horas semanales, por ejemplo. Ha moderado algunos puntos de su programa, bajando el porcentaje de PIB necesario para llevar a cabo sus propuestas de 8 a 5 por ciento.
En los cierres de campaña del viernes comentó: “Nos unimos para democratizar Chile, nos unimos para tener una nueva Constitución y ahora nos vamos unir para derrotar al heredero de este gobierno y del pinochetismo”.
Kast tiene una visión económica completamente antagónica, defendiendo el sistema neoliberal creado por los Chicago boys durante la dictadura al argumentar que ha colocado a Chile como el país económicamente más desarrollado de América Latina.
En mensaje de clausura proselitista señaló: “la izquierda sólo promueve pobreza, esa pobreza que ha arrastrado a Venezuela, Nicaragua y Cuba, a cosas increíbles, donde las personas huyen de ahí, porque esa narcodictadura sólo trae pobreza y miseria”.
El ultraderechista sembró dudas sobre la transparencia de la contienda al decir en una entrevista radial que las cifras podrían ser digitadas erróneamente en las actas que sirven para contabilizar los sufragios en cada una de las 44 mil mesas de votación del país.