Ceuta. Más de cien de 220 migrantes de origen subsahariano que permanecen acogidos en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta pernoctaron en la vía pública y comenzaron una huelga de hambre para exigir a las autoridades españolas que tramiten los expedientes de protección internacional y con ello acabar con su “detención” en la ciudad autónoma, donde la mayoría permanecen desde mayo.
Siete meses después, más de 2 mil marroquíes que entraron irregularmente con ellos a este enclave, ya cruzaron el estrecho tras ser admitidas a trámite sus solicitudes de protección internacional, figura a la que los subsaharianos rechazan recurrir porque “estaríamos obligados a permanecer en España cuando casi todos tenemos familiares en otros países de Europa”, explicó, Soifullah Diallo, portavoz del grupo.
El colectivo movilizado está formado por ciudadanos de distintos países subsaharianos como Senegal, Mali y Guinea Conakry.
Los indocumentados de esos Estados evitaban pedir asilo en Ceuta porque debían esperar dos años en la ciudad, mientras otros eran rápidamente enviados a España debido a convenios existentes con organizaciones para su acogida.
En julio de 2020, el Tribunal Supremo obligó al Ministerio del Interior a reconocer el derecho a la libre circulación por el territorio nacional a los peticionarios de asilo. Las demandas de refugio se han multiplicado por 100 desde ese año.