Ciudad de México. En el Centro de Experimentación y Seguridad Vial México (CESVI), se llevaron a cabo las primeras pruebas de impacto en toda Latinoamérica, de patines eléctricos, también identificados como e-scooters con resultados concluyentes muy importantes en términos prevención, enfocados en buscar soluciones de movilidad que prioricen la seguridad de sus usuarios, así como de peatones, ciclistas, automovilistas y motociclistas.

Fueron las instalaciones de CESVI, ubicadas en Toluca, Estado de México, donde se coordinó el personal especializado en pruebas de impacto de baja velocidad, para ejecutar las dinámicas con automóviles no tripulados, así como dummies a bordo de los monopatines, para entender estos eventos, a través de la recreación de un supuesto siniestro que involucrara a ambos usuarios de las vialidades.

El nivel de importancia de estas pruebas con e-scooters es tal que, se deben considerar factores que juegan un papel fundamental en el uso de estos vehículos unipersonales por la naturaleza de su operación, como la capacidad de aceleración, que puede llegar a alcanzar hasta 35 km/h en solamente 3 segundos, asunto que puede provocar lesiones importantes al ocupante y a otros involucrados, que podrían ser peatones, debido a que es muy común que estos monopatines circulen sobre las banquetas, porque se asume –erróneamente– que el riesgo no es realmente tan elevado en caso de accidente.

Miguel Guzmán Negrete, director de seguridad vial de CESVI México, comentó que “parte de la discusión en el diseño y rediseño de las nuevas vialidades en las grandes ciudades radica en decidir por dónde deberán circular estos vehículos. Lo que está claro es que, por la banqueta no, y por las ciclovías habrá que hacerlas más amplias para que puedan convivir ambos medios de transporte”, refiriéndose a bicicletas y scooters eléctricos.

Un esquema que jerarquiza al peatón sobre los vehículos motorizados, comprende un nuevo modelo que ubica por encima de todo, a las personas que se desplazan a pie, seguidas de los ciclistas y otros vehículos no motorizados, colocando en tercer término al transporte público de pasajeros y de carga –uno al que hay que poner en orden por faltas al reglamento de tránsito y negligencia de muchos de los operadores de manera recurrente–, dejando en el último eslabón a todos aquellos particulares impulsados por un motor, ya sea eléctrico o de combustión.

Guzmán agregó que la necesidad de dicha transformación se debe principalmente a que los peatones son los más vulnerables en esta ecuación, a partir de cifras que revelan que, de las defunciones por accidentes de tránsito, el 14.6% corresponden a peatones, mientras que el 33%, a ocupantes de los vehículos involucrados.

RESULTADO DE LAS PRUEBAS

Respecto a las pruebas de impacto o crash test realizadas por los peritos de Cesvi México, se ejecutaron en dos formatos: 1) atropello del patinador y 2) choque del scooter contra un automóvil. En el primero se utilizó un patín eléctrico, el cual fue impactado y arrollado por un automóvil sedán a 15.24 km/h. Mientras que, en el segundo, se estudió otro con características similares que alcanzó una velocidad de 19.5 km/h. En ambos experimentos, la postura final del dummy sugiere lesiones graves y daños leves al automóvil.

ACERCA DE LA MICROMOVILIDAD

El director de seguridad vial de Cesvi México presentó el concepto de micromovilidad acerca de la manera en que se estarán desplazando las personas en el futuro cercano. Precisó que la idea se centra en una variedad de vehículos ligeros que operan, generalmente por debajo de los 25 km/h y son ideales para trayectos de hasta 10 km, de acuerdo con el Instituto para la Política de Transporte y Desarrollo (ITDP por sus siglas en inglés).

Esta micromovilidad puede ser eléctrica o de propulsión humana, y por lo general, en vehículos que manejan velocidades de entre 25 y 45 km/h. Lo que no es micromovilidad, son los desplazamientos con base en motores de combustión interna que superan velocidades de 45 km/h.

Guzmán Negrete finalizó puntualizando que “la micromovilidad se trata de brindar más acceso a la ciudad para más personas, y de esta manera aumente el acceso al transporte público y se reemplace al automóvil privado en viajes cortos”.

A pesar de que los vehículos eléctricos hacen más atractiva la micromovilidad para las personas que no suelen usar bicicletas o triciclos mecánicos es de suma importancia reglamentar su uso de manera oficial mediante nuevas normativas que garanticen la seguridad para todos los usuarios de las vialidades.