La belleza es un hecho verdadero, tal como la verdad es un hecho estético. Por eso las mentiras públicas hacen tanto daño, son tóxicas y perniciosas. “El mal de nuestro tiempo consiste en la pérdida de la conciencia del mal”, según J. Krishnamurti.
La filosofía, el arte y la ciencia son las actividades humanas que más amplían la mente y la conciencia, la sensibilidad y el espíritu. Millones de seres humanos estamos convencidos de que la salvación del planeta y de nuestras sociedades no vendrá de los políticos, sino de la salud de los niños, de la voz de los poetas y de las creaciones de la ciencia y el arte. Vaya pues este sencillo suspiro por la verdadera esperanza, la de siempre, la de todos.
No hay tiempo que perder/ Seamos felices y verdaderos/ Poco importa qué dioses se deleitan o se ensañan con nosotros/ No importa que seamos producto de su ocio o víctimas de su indiferencia/ Importa que estamos vivos, todavía/ Importan las razones de la pasión/ Importa que en la conciencia nadie pueda caminar para atrás.
Efímeros, insignificantes, desnudos somos, sin embargo, los dueños del bien y del mal/ Dueños de la memoria, la imaginación y la palabra/ Y si decimos, por ejemplo, los ángeles existen: los ángeles existen/ Porque somos el único animal en el que la esperanza de felicidad es felicidad/ Esto, sin embargo, nos hace muy vulnerables/ Que la esperanza sea de todos/ que sea voluntad y no pasiva espera.
El mal sucumbe a nuestro talento para soñar/ Podemos enfrentar la muerte y sentirnos eternos/ Cuando la muerte amenaza, la vida responde con asombros y anhelos/ Elige tú desde tus propias certezas/ ¿Qué harás con tus potencias?/ ¿Las pondrás al servicio del bien o del mal?
“No matarás” ordenan las religiones/ Y tú buscando riqueza y poder te vas perdiendo en tu propio ser/ Te desconoces y excedes y matas insensato lo mejor de ti.
Prisioneros somos del deseo insaciable y de la tiránica necesidad/ Salvémonos por lo menos del miedo y de las estadísticas/ Sálvate al menos del autoengaño/ Y de la conciencia sin voluntad.
¡Feliz año 2022!
PS Si no mejora la vida de 40 millones de niños que viven en pobreza, y si no se reformula la educación, México no podrá ser transformado por ningún gobierno.