Ciudad de México. Repartidores de comida en motocicleta, bicicleta y a pie expresaron opiniones encontradas por el gravamen de 2 por ciento que se aplicará a partir de enero a las plataformas dedicadas al reparto de alimentos y mercancías.
A pesar de que el impuesto aprobado por el Congreso local se prevé sea aplicado al empezar 2022, algunos repartidores coincidieron en que desde hace tres semanas las empresas Uber y Didi anticiparon el cobro del gravamen y ya lo trasladaron a los trabajadores.
Entrevistados por separado, Brayan y Gerardo expresaron que en los pagos por los servicios de entrega que realizan han tenido descuentos, cada uno, de tres pesos en promedio, sin que hayan recibido alguna notificación de las aplicaciones para las que laboran o que precisen el motivo de la disminución.
Pusieron como ejemplo que en recorridos de tres kilómetros en motocicleta para la entrega de comida recibían 32 pesos, pero desde hace tres semanas sólo les depositan 29 y en otras ocasiones 30, por lo que “las empresas no pierden nunca”.
Señalaron que se adelantaron a enero de 2022 y cargaron a los trabajadores el cobro del impuesto, con lo que Brayan señaló: “El gobierno puede decir que nosotros o la gente no lo pagará, pero la realidad es otra”.
Por su parte, Jonathan, apurado mientras cierra la mochila de Uber Eats, dice: “Me enteré de que el impuesto se va a repartir entre los tres, los consumidores, nosotros y la plataforma”.
Afuera del centro comercial Parque Delta –donde se juntan los repartidores de diferentes plataformas, sobre todo desde que empezó la emergencia sanitaria–, comentaron que para trabajar en una plataforma digital deben comprar la mochila, cuyo costo es de mil pesos, pero si el solicitante es de nuevo ingreso se le aplica un descuento de 400 pesos, aunque tienen que pagar por el uso de la aplicación.
Deben mantener vigente el seguro del automóvil o motocicleta, asumir los costos del mantenimiento de sus vehículos, el pago de la gasolina, casco de seguridad, así como el servicio de Internet para el teléfono celular y contar con Registro Federal de Causantes.
En contraste, Atenea, quien labora a pie para Uber, afirmó que no ha tenido ninguna reducción en el pago por la entrega de productos que realiza, al expresar que las disposiciones aprobadas por los legisladores no causarán efectos entre los trabajadores por aplicación; sin embargo, recordó que durante el semáforo epidemiológico en rojo, el pago de los servicios era en promedio de 30 pesos, pero ahora “bajaron mucho, pues son entre 21 y 23”.
Xiomara, quien reparte alimentos en bicicleta, coincidió en que las comisiones que recibe se mantienen hasta el momento sin cambios, al referir que en su caso no es necesario que lleve una cantidad en efectivo para comprar los servicios que requieren los comensales, como sí ocurre en la plataforma Didi.
Ninguno de los entrevistados ha participado en las recientes movilizaciones que los repartidores han realizado en protesta contra el nuevo impuesto; sin embargo, refirieron que están en su derecho de manifestarse, pero que es necesario contar con mayor información.