Nueva York. Ante el incumplimiento de Joe Biden a su promesa electoral de dar un giro a la política hacia Cuba, un número creciente de legisladores de su partido (demócrata) con ex funcionarios y expertos, están instando a la Casa Blanca a renovar la normalización de las relaciones con La Habana que se promovió cuando él era vicepresidente con Barack Obama.
Ciento catorce diputados federales demócratas –más de la cuarta parte de la Cámara de Representantes– enviaron ayer una carta a Biden en la que expresan: “apoyamos una política de compromiso diplomático que permita avanzar hacia la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba”.
“Le instamos a que adopte medidas humanitarias inmediatas –como Naciones Unidas ha propuesto en repetidas ocasiones– para suspender las regulaciones estadunidenses que impiden que alimentos, medicinas y otra ayuda humanitaria lleguen al pueblo cubano”, escribieron.
El grupo de legisladores encabezado por cuatro presidentes de influyentes comités o subcomités –James McGovern, del Comité de Reglas; Gregory Meeks, del de Asuntos Exteriores; Barbara Lee, de un subcomité de Apropiaciones, y Bobby Rush, del subcomité de Energía y Comercio– también pidieron la eliminación de una amplia gama de restricciones sobre el envío de asistencia, medicina, el traslado de remesas, como levantar las que limitan viajes a Cuba, entre otras impuestas o ajustadas por el anterior gobierno de Donald Trump.
También solicitan que Cuba sea removida de la famosa lista de “Estados Patrocinadores del Terrorismo”, como lo hizo Obama en su momento.
Subrayan: “creemos que una política de acercamiento con Cuba sirve a los intereses de Estados Unidos y del pueblo cubano. Debería conducir a un esfuerzo más amplio hacia la normalización de las relaciones entre ambos países, incluyendo el restablecimiento de diálogo diplomático a niveles superiores, así como la reposición del personal de las respectivas embajadas”.
Argumentan que “la protección de los derechos humanos en Cuba, incluido el derecho a la protesta, se consigue mejor con un compromiso diplomático que con el aislamiento unilateral, que ha demostrado ser una política fallida… Es más probable que el compromiso diplomático permita las aperturas políticas, económicas y sociales que los cubanos pueden desear, y que alivie las dificultades que los cubanos enfrentan hoy en día”. Entre otros firmantes de la carta están los mexicano-estadunidenses Raúl Grijalva, Jesús Chuy García, Verónica Escobar y Joaquín Castro (texto de la carta en español: https://foreignaffairs.house.gov/_cache /files/d/a/dac67b2d-16d5-4edb-817e -137658a4a245/85E5E91A50DCA3D D89CB9124671908B4.cuba-2021- --to-biden---spanish-14dec21.doc- .pdf).
Otras figuras influyentes del partido de Biden, incluidos ex altos funcionarios del gobierno de Obama, expertos y más, han manifestado su decepción e ira por la decisión de la Casa Blanca de mantener, hasta ahora, la política bilateral de Donald Trump, retomando la retórica estilo guerra fría hacia Cuba, y rehusar responder al rechazo casi universal al bloqueo estadunidense contra la isla. (https://www.jornada.com.mx/notas/ 2021/12/08/politica/listen-biden-cuba -no-es-una-manzana/).
El más veterano de los senadores, el demócrata Patrick Leahy, ex jefe del Comité Judicial, integrante del poderoso Comité de Apropiaciones y una de las voces del Congreso más influyentes en política exterior, reprobó recientemente la política de Biden hacia Cuba.
“La misma postura fracasada”
En un discurso ante el pleno la semana pasada, Leahy declaró que la relación bilateral es “desconcertante, porque altos funcionarios del gobierno (de Biden) –quien tanto en público como en privado ha reconocido que la política unilateral estadunidense de sanciones, aislamiento y amenazas durante 60 años ha fracasado para lograr cualquiera de sus objetivos y en lugar de eso ha dañado al pueblo cubano–, sin embargo, han adoptado como suya esa misma política fracasada”. Agregó que es “exasperante ya que cualquiera que entienda a Cuba podría haber pronosticado lo que ha ocurrido desde que el gobierno de Trump revirtió la política del gobierno de Obama… La actual está empeorando esta situación.
“Durante los últimos 10 meses he instado a la Casa Blanca a no repetir los errores del pasado” en la relación con Cuba, declaró Leahy, y agregó que “en su lugar, la política de este gobierno ha sido hasta ahora dictada por un sector minúsculo pero vocal en este país que siempre se ha opuesto a la interacción de Estados Unidos con la isla. Es una política que la historia ha demostrado que está destinada al fracaso”.
Deploró la anulación de las interacciones en casi todos los rubros –científicas, médicas, culturales– como las prohibiciones sobre remesas y viajes impulsadas por Trump y que continúan ahora con Biden. “He preguntado, pero no tengo ni idea de cuáles son los objetivos prácticos del gobierno (de Biden) y cómo propone lograrlos”.
Leahy criticó que la política estadunidense actual hacia Cuba “está repleta de contradicciones, hipocresía, arrogancia y oportunidades perdidas”, y es guiada, dijo, “por puras razones de política doméstica ” que debería ser guiada “por el interés nacional, no por el interés de un sector doméstico minúsculo”, en referencia a los cubanoestadunidenses conservadores. Indicó que espera que Biden y su gobierno “cambien el curso” y retomen el tipo de política impulsada por Obama.
Pero la consigna de los encargados de la política hacia América Latina de Biden hasta ahora es que, sobre Cuba, “Biden no es Obama”.
Biden ha indicado en sus primeros meses en la Casa Blanca que se subordinará a los deseos de los cubanoestadunidenses conservadores de Miami, y sobre todo, a las prioridades de sus líderes, incluido el poderoso senador demócrata Robert Menendez, presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la cámara alta.
Juan González, director para el hemisferio occidental del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca, primero anunció que se estaba realizando una “evaluación” de la política hacia Cuba y desde julio ha justificado la falta de cambio de su gobierno hacia la isla culpando al régimen en La Habana.
Vale repetir que, con algunas excepciones, la política hacia Cuba en verdad es la política hacia Miami. Biden, en una reunión con algunos cubanoestadunidenses en la Casa Blanca en julio, comentó: “nosotros pensamos que los cubanoestadunidenses actualmente son los mejores embajadores para el pueblo cubano”, y elogió al senador Menendez quien, afirmó, lo convenció de este punto.
Pero la gran mayoría de los 1.5 millones de cubanoestadunidenses en Florida siempre han votado a favor de republicanos y para muchos observadores los estrategas de Biden una vez más están cometiendo el error de apostar a que, de alguna manera, podrán atraer ese voto al mantener la política de los republicanos contra Cuba.