Aunque entre 2016 y 2020 la organizaciones Sea Sheperd y el Museo de la Ballena podían extraer las redes ilegales de pescadores furtivos en el hábitat de la vaquita marina, principal causa de la mortandad de la especie endémica del Alto Golfo de California –de la que se estima apenas queda una decena de ejemplares–, debido a que queda atrapada en ellas, ya no podrán hacerlo, indica un convenio firmado entre las organizaciones y el gobierno federal.
Ahora únicamente deberán informar a las autoridades sobre las redes de enmalle abandonadas que se localicen en el área de refugio para la protección de la vaquita marina, con la finalidad de ponerlas a disposición de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca).
Las organizaciones y las secretarías de Marina y Desarrollo Rural, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y las comisiones nacionales de áreas naturales protegidas y de pesca, suscribieron el convenio para establecer acciones de colaboración para la protección de especies endémicas como la vaquita marina y la totoaba, en peligro de extinción, que habitan el Alto Golfo de California y Delta del río Colorado.
En el convenio acordaron establecer acciones de colaboración para preservar y proteger a la vaquita marina y la totoaba, que están en peligro de extinción, y acordaron establecer un programa anual de actividades que tendrá que presentarse en enero.
Entre las actividades que plantea Sea Sheperd se cuentan realizar recorridos para la observación del área de refugio para la protección de la vaquita marina, así como del área de tolerancia cero; también deberán informar sobre embarcaciones observadas en esas zonas o “cualquier información vinculada al modus operandi de la extracción y trafico de la totoaba”. Plantea que se recuperarán los ejemplares que se encuentren muertos y reportará de los hallazgos a las autoridades.
En tanto, el museo Ballenero de Baja California Sur se comprometió a dar aviso a Profepa, Semar y Conapesca sobre los hechos y omisiones observados que pudieran poner en riesgo a la vaquita marina y a la totoaba, así como proporcionar datos y evidencias de los hechos que pudieran generar violencia o conflictos de carácter social.
La vaquita marina muere atrapada en redes de enmalle que colocan pescadores furtivos para capturar el pez totoaba, del cual se comercializa el buche en el mercado chino. El reporte más reciente del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita Marina indica que queda una decena de ejemplares en su hábitat, el Alto Golfo de California.