Si el gobierno federal otorga visas humanitarias o residencias a los integrantes de la caravana migrante, ésta se disolverá en la Ciudad de México, afirmó el organizador del contingente, Irineo Mujica.
Para ello, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) gestiona reuniones con las secretarías de Gobernación y de Relaciones Exteriores, con el Instituto Nacional de Migración (INM) y la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar); además del acompañamiento de la Oficina en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
En las reuniones, dijo un comunicado de la CNDH, se buscarán soluciones a las problemáticas que enfrentan los migrantes durante su tránsito por México, así como con temas relacionados con el trámite de visas humanitarias, el reconocimiento de la condición de refugiado, para quienes resulte procedente, y trámites posibles que contribuyan a soluciones que no violenten sus derechos.
Mujica detalló que dentro del contingente –321 personas, de acuerdo con autoridades de la Ciudad de México– hay quienes desean quedarse y obtener empleo en México y otros que quieren seguir hacia Estados Unidos. Así, agregó, las residencias serían para los primeros y las visas humanitarias para quienes continuarán hacia el norte, la mayoría.
Ayer, integrantes de la caravana se reunieron a puerta cerrada con la presidenta de la CNDH, Rosario Piedra, a quien expusieron las razones que los llevaron a abandonar sus países.
En videos del encuentro se pudo conocer el testimonio de una mujer quien con su hija, su nieta y su marido estuvieron “sufriendo” en Tapachula, Chiapas, por casi un año. Salieron de Centroamérica por la violencia de las pandillas que secuestraron a tres de sus familiares, asesinaron a su hijo, los extorsionaron y les dieron 72 horas para irse. De no haberlo hecho, estarían muertos.
Tras escuchar a varios migrantes, la presidenta de la CNDH señaló: “No nos quedamos en el dolor, tenemos que actuar. Acciones para que se sientan la confianza que no serán atacados ni lesionados, y que puedan transcurrir con buen fin su caravana y lleguen hasta donde quieran llegar. Esa es nuestra labor y estamos para eso”.
Para finalizar, Mujica, acompañado de Daniel Velasco, director de Asuntos Internacionales de la CNDH, y de Luis García Villagrán, del Centro de Dignificación Humana, dieron algunos detalles.
“No sé si termina la caravana en la Ciudad de México, quizás comienza. Pero sí hay la voluntad para que se disuelva aquí, pero depende del Estado mexicano”, apuntó Mujica. Pidió a las autoridades federales claridad en sus ofrecimientos.
La caravana salió el 23 de octubre de Tapachula y tras 50 días llegó a la Ciudad de México el domingo. Permanece en la Casa del Peregrino en Gustavo A. Madero. Se anunció que la madrugada de hoy irá a Palacio Nacional, a pedir audiencia con el presidente Andrés Manuel López Obrador.