Oxchuc, Chis., Una persona muerta, tres heridas de bala y varias golpeadas dejó un enfrentamiento entre pobladores ocurrido ayer durante el plebiscito en que por usos y costumbres sería elegido el ayuntamiento de Oxchuc, único municipio de Chiapas que desde 2019 elige a sus autoridades mediante ese sistema normativo, sin la participación de partidos políticos.

Los indígenas tseltales de las 142 comunidades y los 25 barrios de la cabecera de Oxchuc se enfrentaron con piedras, palos y cohetes, luego de que Hugo Gómez Sántiz, uno de los nueve candidatos, no aceptó el resultado del Órgano Electoral Comunitario (OEC), que había declarado ganador a Enrique Gómez López.

A las ocho de la mañana comenzaron a concentrarse en la plaza de la cabecera más de 10 mil habitantes para participar en la elección, que tuvo al final que suspenderse.

“Hoy debe ser una fiesta cívica en el municipio; ya basta de divisionismos”, dijo Belisario Méndez Gómez, presidente del OEC, al dar por instalada la asamblea.

Tras la presentación de los candidatos (Hilaria López Encinos no acudió por cuestiones de salud), la mesa de debates de la asamblea pidió a los asistentes que levantaran la mano en tres ocasiones conforme fueran nombrando a cada uno ante consejeros del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC), quienes validarían la elección y serían observadores.

Hugo Gómez era el quinto de la lista y se observó que miles alzaron la mano en su favor, por lo cual sus seguidores lo dieron por ganador al grito de: “¡Hugo, Hugo!”

Al último fue presentado Enrique Gómez y miles de indígenas también levantaron la mano y corearon: “¡Sí se pudo, sí se pudo!”.

Belisario Méndez declaró entonces que, por mayoría, el ganador era Enrique Gómez, lo que ocasionó gritos de inconformidad del otro grupo e imperó el desorden en la mesa de debates. “No vamos a aceptar una imposición”, reiteraron los partidarios de Hugo Gómez, quienes lo proclamaron alcalde.

Entonces se dio el primer enfrentamiento. Seguidores de Hugo Gómez golpearon a Alan López López, integrante del OEC, conformado por 19 personas.

A gritos, ambos grupos se atribuían el triunfo, por lo que la mesa de debates declaró un receso. “No nos vamos a mover mientras no se resuelva el problema”, advirtieron los simpatizantes de Hugo.

Después de más de una hora se intentó reanudar la asamblea, pero nuevamente imperó el desorden, por lo que el presidente del OEC dijo que en uno de los apartados de las reglas de la elección estipula que “no será necesario el conteo individualizado de los sufragios si la votación es visible y marcadamente mayoritaria o de unanimidad, pero en caso de que no sea así ese organismo tomará las decisiones que correspondan para organizar a los asistentes y proceder al conteo de la votación con el auxilio de las autoridades de cada comunidad”.

En seguida, uno de los seguidores de Hugo Gómez tomó una silla y golpeó en la cabeza y hombros a un integrante del OEC, lo que desató una pelea con sillas, palos, piedras y cohetes. Mientras los simpatizantes de Enrique Gómez se replegaban, en algún punto de la plaza se escucharon balazos.

Los seguidores de Hugo Gómez persiguieron a los de Enrique Gómez hasta el templo de Santo Tomás, destruyeron los cristales de la escuela Benito Juárez –que se encuentra a un lado– y dañaron el vehículo de una fotógrafa.

Ambos grupos siguieron lanzando cohetes y piedras durante más de una hora, hasta que desde un cerro aledaño a la cabecera se escucharon disparos de hombres encapuchados que se transportaban en una camioneta y poco después ingresaron a la plaza central para tomar el control al grito de “¡Hugo, Hugo!”

Ninguna autoridad precisó cómo murió Pedro Sántiz López, habitante de la comunidad de Tzuniljá.

El presidente del OEC declaró por la noche que “hasta ahorita la mayoría la tenía” Enrique Gómez. Debido a que se suspendió la asamblea, ya no fueron elegidos la síndica y los regidores. El nuevo ayuntamiento deberá asumir el cargo el primero de enero de 2022.

Por la noche, uno de los grupos bloqueó la carretera San Cristóbal- Ocosingo y la policía estatal se mantuvo a la expectativa a cinco kilómetros.