Gran Bretaña se convirtió en la primera economía del Grupo de las mayores siete economías del mundo (G7) en subir las tasas de interés desde el inicio de la pandemia, mientras que la Reserva Federal de Estados Unidos también señaló planes para un endurecimiento monetario en 2022 y el Banco Central Europeo sólo redujo ligeramente su estímulo.
Los responsables de la política monetaria del Banco de Inglaterra subieron este jueves la tasa de interés bancaria de referencia de 0.10 por ciento a 0.25 por ciento, pese a las expectativas de los economistas de que se mantendría. El organismo dijo que la inflación alcanzaría el 6 por ciento en abril, tres veces el objetivo del Banco.
“El Comité sigue considerando que existen riesgos de dos caras en torno a las perspectivas de inflación a mediano plazo, pero que es probable que sea necesario un modesto endurecimiento de la política monetaria durante el periodo de previsión para cumplir el objetivo de inflación de 2 por ciento de forma sostenible”, dijo el banco central británico.
Los contagios diarios de coronavirus en el Reino Unido son los más altos desde los primeros días de la pandemia, lo que ha llevado al primer ministro Boris Johnson a imponer esta semana nuevas restricciones.
La primera lectura del Índice de Gerentes de Compras (PMI) del Reino Unido correspondiente a diciembre mostró el jueves que ómicron ya había afectado a las empresas británicas de hostelería y viajes, un día después de que datos mostraron que la inflación de los precios al consumidor se encontraba en su punto más alto de la década.
BCE da un primer paso hacia la normalización de su política monetaria
El Banco Central Europeo (BCE) anunció que suavizaría su apoyo a la economía, a pesar de la propagación de la variante ómicron, al tiempo que se mantiene preparado para responder a un brote inflacionario.
Las compras netas de deuda de 1.85 billones de euros (2.1 billones de dólares), como parte de su programa de compras de emergencia contra la pandemia (PEPP), se reducirán en el primer trimestre de 2022 y expirarán a finales de marzo, dijo el BCE.
El BCE dejó sin embargo abierta la posibilidad de prorrogar las compras netas o reactivar el programa si fuera necesario ante la “incertidumbre” sobre la evolución de la pandemia.
La presidenta del BCE, Christine Lagarde, indicó que los responsables del euro consideran “muy improbable” una subida de las tasas de interés el próximo año, a diferencia de la Reserva Federal de Estados Unidos, que está dispuesta a efectuar tres alzas en 2022.
El riesgo de descontrol de los precios ha sentado un precedente para la Fed y el Banco de Inglaterra, mientras que la presidenta del BCE subrayó en una conferencia de prensa que la pandemia está deprimiendo de nuevo el gasto en la zona euro y amenazando el crecimiento.
“Para hacer frente a la actual ola pandémica, algunos países han introducido medidas de contención más estrictas (…) Esto podría retrasar la recuperación (…) La pandemia está pesando en la confianza de los consumidores y las empresas”, dijo Lagarde.
Los diferentes caminos tomados por los principales bancos centrales subrayan las profundas incertidumbres sobre cómo la variante ómicron, que se está extendiendo rápidamente, afectará a la economía mundial y sus diferentes puntos de vista sobre un aumento de la inflación que está aterrizando con fuerza en Estados Unidos y Gran Bretaña, pero menos en Europa.